Por las Chivas de Guadalajara han pasado muchos jugadores que convierten sus vidas en casos de éxito, no solo por triunfar en el mejor equipo del balompié nacional, sino los sacrificios que superaron para lograr su sueños y ese es el caso de José Raúl Rangel, el guardameta del equipo rojiblanco y también de la Selección Mexicana.
El Tala Rangel nació en el municipio de Zapotlán El Grande en el estado de Jalisco, su vida estuvo rodeada de carencias que para su fortuna siempre pudo sortear de la mejor manera, trabajando: “Siendo niño te das cuenta que a veces no hay muchas cosas en la casa, a veces no había para comer. Mi primera chamba fue de panadero, trabajé de repartidor en una carnicería, estuve vendiendo paletas, esa no la he contado, vendiendo cucos con mi abuelo en la ladrillera. Fíjate que todos los trabajos que tuve los disfruté mucho”
“Mis papás se separan cuando yo tenía tres o cuatro años, mi papá se va a vivir con mis abuelos y mi mamá estuvo un tiempo viviendo con nosotros, con mi abuela y conmigo, después ella se consigue una pareja, se va a vivir con él, yo me quedo con mi abuela”, fue parte de lo que relató el Tala Rangel en entrevista con Telemundo.
El sueño cumplido del Tala Rangel con Chivas
A sus 25 años, José Raúl Rangel pudo superar las adversidades y se ha ido consolidando con Guadalajara, el club de sus amores en el que ha estado desde las categorías Sub-15, Sub-17, Tercera División y el Tapatío, de donde dio el salto para ganarse la confianza de Velko Paunovic, quien lo subió al primer equipo en el 2023.
“No sabía que se pagaba por jugar, yo solo veía a los jugadores y decía ‘ah qué chido’ que la gente te reconozca y tú puedas causar esa sanción que en su momento me generaban esos jugadores a mí”, indicó el Tala Rangel mientras rememora algunos de los pasajes que lo marcaron no solo como futbolista, sino como persona.
“El cambio de vivir en un pueblo a una ciudad como Guadalajara es enorme, vienes de cero sin amigos, sin familia, cambias la rutina, cambias todo y entonces si era complicado, que me costó demasiado, hubo mucha gente que me ayudaron, profes, que me orientaron”, indicó el también portero del Tricolor bajo el mando de Javier Aguirre y apunta para ser unos de los guardametas en el Mundial del 2026.
Una vida familiar complicada
La historia familiar del Tala no fue la ideal, ni la que hubiera querido, pero tampoco muestra resentimiento hacia sus padres: “Mi papá vivendo su vida y no lo culpo, fue papá muy chico no creo que haya sido como él haya querido, pero tampoco lo voy a culpar por no haber estado, porque nadie nace sabiendo ser papá”.