Fernando Beltrán (Ciudad de México, 1998) se ha convertido en una de las pocas buenas noticias para Chivas en este torneo. El futbolista de apenas 21 años se afianzado en El Rebaño y está llamado a ser el cabecilla de una nueva generación de jugadores que devuelva al club de Guadalajara a lo más alto del balompié mexicano. Hasta que ese momento llegue, por ahora le toca remar a contramano y ayudar a un equipo en capa caída que se acomoda en los puestos mediosde la tabla. El presente de El Rebaño es poco alentador, pero podría ser incluso peor si una de sus ‘joyas’ de la cantera se fuese marchado; situación que estuvo a punto de suceder con Beltrán cuando Tomás Boy dirigía a El Rebaño.

“La verdad es que cuando llegó (Tomás Boy) me acerqué a la directiva y pedí salir. Yo quería jugar en primera ya y tenía varias opciones para hacerlo. No le reclamo nada a él (Boy), pero la verdad es que nunca confió en mí”, comentó el jugador al programa Líderes del Rebaño.

Tomás Boy dirigió a Chivas desde abril hasta septiembre de 2019. En ese periodo, contando partidos amistosos y oficiales, obtuvo solo 7 victorias, 4 igualdades y 9 derrotas antes de ser cesado del puesto. En todo el tiempo que ocupó el banquillo rojiblanco, ‘El Jefe’ contó muy poco con Beltrán, que no oculta su decepción ante la situación que vivió en esos meses.

“Nunca me acerqué a él porque se veía que era una persona con la que no se podía hablar. No fue una buena experiencia con el, pero quizás yo tenía que pasar por eso. Prefiero que me pasará al comienzo y no a mitad de mi carrera. Así valoro más el hecho de estar acá. Nunca me rendí y creo que ahora está dando sus frutos”, expresó el jugador.

Como solución al malestar por sus continuas ausencias en las alienaciones y convocatorias, Beltrán no duda en afirmar que el apoyo de la afición fue vital para poder sobrellevar el mal momento.

“Me metía en redes sociales y veía todo el apoyo que me daba la gente. Les agradezco mucho porque me dieron mucha fuerza. Era irónico porque cuando era pequeño veía los partidos de él (Boy) y le decía a mi papá que algún día soñaba con que me dirigiera, y cuando pasó fue todo lo contrario cuando llegó el momento”, finaliza y sonríe con una mueca que más que gracia oculta un grado enorme de decepción.