La vida de un futbolista está plagada de historias que pocas veces son conocidas por los aficionados; sin embargo, que son importantes para entender el comportamiento de cada jugador, por lo que una leyenda viviente como lo es Chicharito no es la excepción y tiene un pasado complicado en Chivas.
Al hablar de Javier Hernández la gente de inmediato lo relaciona con goles, alegrías y éxito en los clubes más importantes del mundo como lo es Real Madrid, Manchester United, Bayer Leverkusen o el Club Deportivo Guadalajara; sin embargo, sus comienzos no fueron sencillos.
El andar en los empastados del ahora refuerzo bomba del Rebaño comenzó desde los nueve años, cuando don Tomás Balcázar y Javier Hernández, abuelo y padre del Chicharito, acudieron a Verde Valle para que se le hicieran algunas pruebas, en donde de inmediato fue recibido y aceptado por José Luis Real.
El Güero trabajó como director de fuerzas básicas del chiverío, por lo que tras verlo entrenar decidió registrarlo, pese a que no era centro delantero, sino que se desempeñaba como extremo por derecha.
“Inicialmente llegaron tanto sus papás como sus abuelos a Verde Valle, a fuerzas básicas del Club Guadalajara. Hablaron conmigo y me dijeron: ‘queremos saber si mi nieto, si mi hijo le ves que tiene futuro, condiciones para seguir en el futbol, para que siga en la escuela’. No la tenía que dejar, le dije que sí, que lo llevaran porque tendríamos un amistoso y que lo veíamos ahí. De inmediato lo metimos al entrenamiento, entrenó con el equipo de su categoría, a los nueve años.
“Javier no jugaba de centro delantero, jugaba de extremo derecho y era parecido a su papá que jugaba en esa posición. Nos impresionó su verticalidad, muy directo, muy buen juego aéreo y por el costado cerraba muy bien con cabeceo de buen nivel. Nos causó una buena impresión y de inmediato le pedimos sus documentos para que firmara en la categoría de nueve años, donde estaba Marco Fabián, Omar Esparza, el Chore Mejía”, recordó el Güero en entrevista exclusiva con Rebaño Pasión.
Sin embargo, unos años después, tras regresar a la institución, José Luis Real fue asignado como entrenador del primer equipo del Rebaño, en donde se abastecería del producto de cantera, que ya conocía, en donde se reencontró con Chicharito; sin embargo, el atacante tenía dos alternativas: retirarse o marcharse del Guadalajara.
“Le permitió ganarse un lugar en la Primera División por méritos y se ganó la oportunidad para que Chepo de la Torre lo debutara. Yo no estaba en el club y me toca regresar cuando Javier estaba a punto de salir del club, porque después de que sale Chepo, Javier ya no juega.
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“Cuando lo recibí. Javier ya se iba y me dijo: ‘o me retiro o me voy del club’. Estaba muy desanimado. Después de la salida de Chepo de la Torre tuvo muy pocas oportunidades. Tuvimos los dos y el club la suerte de volver a encontrarnos, porque conocía perfectamente a Javier y no tenía duda de que podía hacer una pareja importante junto con Omar Bravo, justo como fue”, concluyó el Güero Real.