La de Chivas de Guadalajara es la afición más representativa de todo el futbol mexicano. El mote de ‘Chivahermano’ representa el título más importante para millones de personas que sienten al club rojiblanco como propio y que se enorgullecen de la noble tradición de vestir con la playera solo a jugadores nacidos en territorio azteca.
Cada partido en el Estadio Akron o en cualquier recinto del territorio nacional en donde vayan las Chivas, habrá un ‘Chivahermano’ alentando y ondenado orgulloso una bandera -o trapo- con los colores rojiblancos. Entre la comunidad de fanáticos hay historias que sacuden yllevan a vermucho más allá del radio de acción: entre estas se destaca la de Adrián Padilla Núñez, quien siente y vive cada partido, pero cuyas imágenes se escapan a su visión.
“Empecé a perder la visión porque desde pequeño me dio diabetes, por esto y no cuidarme, fue agravando mi visión“, empieza el relato de Núñez en una historia que compartió Chivas en sus redes sociales. “Yo lo veía venir: perdí el ojo izquierdo, me operé y me recuperé, pero después se me volvió a bajar el azúcar y ya no vi nada”.
En el clip de cuatro minutos se ve a Adrián Padilla en uno de los graderíos del Estadio Akron con la playera de Chivas. Fanático desde pequeño, no se pierde un partido de local del Rebaño y compensa la falta de visión con su oído: cada duelo en el coloso rojiblanco viene acompañado de una radio por la cual está atento a las incidencias de lo que sucede a unos metros de distancia, pero que solo puede llegar a imaginar.
“Yo que he vivido ciego, sé que se pueden lograr muchas cosas. Pero si nos echamos para abajo, a la flojera, no vamos a lograr nada. No hay límites. Los mexicanos, la mayoría, no estamos conformes con lo que tenemos, queremos más. Mi filosofía es como lo que dijo una véz el ‘Chicharito’ Hernández: “imaginemos cosas chingonas”“.