Cuando Chivas atravesaba uno de los momentos más críticos de su historia reciente, un aficionado terminó teniendo un papel clave en una decisión que cambió el destino de la institución. Ricardo Flores, hoy analista individual de futbolistas profesionales, fue quien recomendó a Matías Almeyda como entrenador en 2015. “Siempre he sido aficionado de Chivas, y poder aportar un granito de arena me llena de felicidad. Desde salvarse del descenso hasta los títulos, fue un proceso muy especial”, reflexiona.

La historia comenzó con una llamada de Jorge Vergara a Víctor Palacios, amigo suyo y exintegrante del Guadalajara. El equipo no funcionaba y la directiva buscaba un plan alternativo por si Chepo de la Torre debía salir. “Víctor me contó la situación y me pidió ayuda con dos nombres: Joaquín Caparrós y Roberto Sensini”, recuerda Flores en diálogo con Rebaño Pasión. “Empecé a trabajar en eso, pero la verdad, ninguno me convencía para lo que necesitaba Chivas”.

El 15 de septiembre de 2015, Chivas anunció a Matías Almeyda como el reemplazo de Chepo de la Torre (Imago7)

En medio de ese análisis apareció una posibilidad inesperada: en Argentina, Matías Almeyda acababa de dejar Banfield. “Le dije a Víctor: ‘Voy a hacer el análisis de Matías’. Él me preguntó si ya había terminado con los otros, y le respondí que prefería enfocarme en esta opción. Recopilé partidos, estudié cómo entrenaba, vi hasta los videos de su curso como técnico. Me enamoré del proyecto. Le dije: ‘Me gusta mucho más esta opción que cualquiera de las otras dos’”.

La presentación se realizó el 10 de agosto de 2015 en Guadalajara. Jorge Vergara quedó encantado con el informe, pero pidió esperar. “Nos dijo que nos mantuviéramos en contacto, pero que todavía era pronto. Como aficionado no deseás que tu equipo siga perdiendo, pero también sabía que Almeyda podía ayudar muchísimo. Era un orgullo haber colaborado para acercarlo al club”.

Pese a todo el trabajo detrás, el anuncio fue recibido con fuertes críticas por parte de la afición. “La reacción fue muy negativa -recuerda Flores-. Mucha gente se enojó por la salida de Chepo, un hombre con historia en el club. Además, no conocían a Almeyda. Decían que sólo había dirigido en el ascenso argentino y no había sido campeón. Hasta intentamos generar cierta presión en redes sociales, explicando lo futbolístico. Pero sí, había desconfianza“.

Lo que convenció de Matías Almeyda y cuál era el temor

Lo que convencía a Flores no era solo el estilo ofensivo del argentino, sino el fondo de su propuesta. “Su forma de marcar, al hombre y muy agresiva, elevaba el ritmo del partido y eso beneficia al futbolista mexicano. Además, sus equipos mejoraban mucho en lo interpretativo y técnico. El único riesgo era el tema cultural: no sabíamos cómo iba a ser su liderazgo, si lograría conectar con el vestuario”, explica.

Pero la respuesta fue inmediata. Chivas ganó sus tres primeros partidos con Almeyda y el equipo comenzó a mostrar una idea clara. “Ya se veían combinaciones, desmarques, automatismos. Ese mismo torneo ganamos la Copa MX contra León. Fue el título que más disfruté. Veníamos de una sequía y enfrentamos a un León histórico. Fue meterse a la boca del lobo y salir victoriosos”.

Almeyda forjó una identidad en Chivas

Aquel ciclo forjó una identidad que aún se recuerda. “Muchos volvieron a sentir lo que vivieron en su infancia o adolescencia”, dice Flores. “Aunque nunca conocí personalmente a Matías, mantengo buena relación con su círculo. Me gustaría encontrarlo algún día de forma orgánica. Y claro, el sueño sería trabajar junto a él. Creo que va a volver, y no será una segunda etapa… será un regreso a casa”, concluyó.