Algo que se presenta como sagrado para los fanáticos de un club de fútbol es la simbología de su equipo. El escudo, la camiseta y los colores son algunos de los estandartes a los que los aficionados le rinden pleitesía. Es por eso que el enojo crece a niveles muy altos cuando alguien insulta alguno de esos símbolos, o rinde homenaje a un rival acérrimo estando identificado con otra institución.
Quien tiene un pasado en Chivas de Guadalajara es Gonzalo Pineda, que fue jugador del equipo tapatío entre 2006 y 2009. A partir de esa experiencia es que sorprendió el anuncio de su llegada como director técnico de Atlas, equipo con el que el Rebaño Sagrado protagoniza el clásico tapatío. El entrenador de 42 años dejó varios títulos en su conferencia de prensa de presentación.
“Hay etapas en la vida, hay pasados, hay historias que están ahí. Yo tengo un pasado con Pumas, con Chivas, con San Luis, con Cruz Azul, con Querétaro, con Puebla. Después dos años como jugador extraordinarios en Seattle Sounders. Después pasé a ser auxiliar de Seattle, entrenador en jefe de Atlanta y ahora me toca este reto con Atlas y son etapas, son momentos“, repasó Pineda.
“Algo que creo que me ha marcado es que siempre he sido profesional en donde he estado”, agregó el exfutbolista. No obstante, hasta allí fueron declaraciones normales, aunque se intentaba escudar sobre su pasado en Chivas. Pero fue cuando habló del escudo de Atlas que generó el gran título del día.
La frase de Gonzalo Pineda que no cae bien en Chivas
La conferencia de prensa no venía teniendo polémica, ya que Gonzalo Pineda estaba respondiendo con cautela, pero fue una frase particular que llamó la atención: “Siempre he dado lo mejor por el escudo que traigo en el pecho. Siempre digo esto, este escudo es el que le ha de comer a mis hijos y para mí es sagrado, entonces por eso lo doy todo. Así es que me debo a este club, a esta afición y trataré de ser igual de profesional que he sido siempre”.
El hecho de haber calificado como “sagrado” al escudo que ahora lleva en el pecho, mientras estaba vestido con la ropa de Atlas, generó malestar en el chiverío. Con Chivas salió campeón en 2006 en el plano local, por lo que estaba claramente identificado con la playera rojiblanca.