Ángel Zaldívar, delantero de las Chivas de Guadalajara, reveló una curiosa anécdota con su ex compañero Edwin Hernández, responsable de una broma constante y bastante pesada, durante su anterior etapa en la institución tapatía y que obligó a extremar las medidas de vigilancia y seguridad al interior del vestidor rojiblanco, para finalmente descubrir su culpabilidad.
El espigado atacante del Rebaño Sagrado, de 26 años de edad, regresó al redil tras un año y medio de cesiones en Monterrey y Puebla para reinsertarse en la plantilla principal ante la inminente salida del joven canterano José Juan Macías al viejo continente, y ya se encuentra en la tercera semana de preparación de la pretemporada rojiblanca para el Torneo Apertura 2020 de la Liga MX, que tiene estipulado su inicio para el 24 de julio.
El “Chelo” Zaldívar, durante una entrevista a través de un Live en la red social Instagram con la cadena TUDN, reveló la pesada broma que le gastaba Hernández, quien aún se encuentra cedido al club Salamanca en España y relató que “un día amarró mi ropa con cinta, y fue varias veces. No sabía quién era, pero como ya habíamos puesto cámaras en el vestidor, se vio que era el Aris, era muy pesado, pero pasamos buenos momentos“.
El delantero zurdo de los rojiblancosdio a conocer de esa forma la existencia de esas cámaras de vigilancia en el vestidor de los tapatíos y colocadas en gran parte por el constante extravío de objetos, aunque tuvo una doble función al confesar que” pusimos las cámaras por seguridad, van varias veces que se perdían cosas, por un tiempo sí entraba mucha gente que no era del club y se aprovechó para cachar a los más pesados del vestidor “.
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Zaldívar, durante su intervención en la entrevista con la periodista Karina Herrera, corresponsal de la cadena TUDN en la Perla Tapatía, actualizó la disputa que mantiene con su compañero Antonio Briseño por el dorsal 14, en suregreso al Guadalajara y aseguró que “son bonitos problemas, ya le dije al Pollo, él decide. Claro que me gustaría (tenerlo de vuelta), pero ya lo que él decida, pero le metí un poquito de presión. Ya lo conocía, hay esa confianza de poder hacer esto un poco más de cotorreo, ameno, que no sea tan pelea“.
