Omar Villarreal Villabazo se ha convertido en este último año en uno de los reporteros más queridos por la afición de las Chivas de Guadalajara. La notable ausencia de rostros chivahermanos en la televisión nacional alejó a muchos de las transmisiones de los partidos de la Liga MX. Su irrupción en la pantalla de TV Azteca lo ha posicionado en el afecto del chiverío, sobre todo desde la Final del Torneo Clausura 2023. Por ello, Rebaño Pasión platicó con el periodista para conocer cómo y de dónde viene esa pasión por como la llama: La Aplanadora de Occidente.
El reconocido reportero, más conocido por su apodo de Villa Villa, reveló a Rebaño Pasión que un día de 1994 tomó esta trascendental decisión. A sus incipientes cinco años de edad se declaró aficionado al Rebaño Sagrado. Recordó que “todo esto viene desde hace 30 años. Prácticamente desde entonces soy aficionado de las Chivas. Mi abuelo por parte de mamá le iba a las Chivas“. Así confesó al principal culpable de su chivahermanísmo crónico.
Villa Villa rememoró el momento exacto en que se decidió a seguir al Guadalajara, dentro de una familia futbolera de la capital. Refirió que “me acuerdo que en la última temporada larga en México 1995-1996, iban a jugar Chivas contra América en el Estadio Azteca y pues, ahí convivía mucho con con mis abuelos, con mis tíos. Entonces, mi abuelo y mi tío me preguntan: ‘Oye, va a jugar América contra Chivas el fin de semana, ¿a quién le vas?‘. Y yo pues dije: ‘a las Chivas‘, porque en la casa había escuchado algunas cosas del equipo“.
Prosiguió y señaló que “llega el fin de semana. El día del partido voy con mi mamá y con mi abuela a un mercado y me acuerdo que regresé a la casa, llore y llore. Porque no me habían comprado unos luchadores de estos que eran como de plástico, que estaban en unas bolsitas y vendían en los mercados. A mí me encantaban y ya tenía muchos. Regresé triste, porque no me habían comprado otra bolsita de luchadores, mi abuela prende la televisión y me dice: ‘Mira, ya no llores. Ganaron las Chivas‘. Ganaron ese partido 3-2 en el Estadio Azteca. Entonces, yo soy chiva desde ahí“.
El primer partido de Chivas al que asistió Villa Villa
Como si se tratara de un presagio, la primera vez que asistió a un partido de las Chivas lo hizo en las tribunas del Estadio Olímpico Universitario. Sin imaginar que años después lo repetiría, pero sobre el césped, como reportero de cancha de TV Azteca. Omar, con un discurso simple, sentido y sincero, nos explicó que “un mes después, jugaba Pumas contra Chivas en CU en la última jornada de ese torneo regular y al mismo tiempo, jugaba América contra Atlante“. Otra decisión trascendental para el pequeño Villa Villa en su formación como chivahermano.
Siguió y advirtió que “como todo mundo se enteró que yo ya le iba a las Chivas, mi papá me pregunta: ‘Oye, van a jugar América contra Atlante y Chivas contra Pumas, ¿a qué partido quieres ir?‘. Porque yo quería ir un partido de fútbol y yo le dije: ‘Pues al de Pumas contra Chivas‘. Aunque creo que ya Chivas me parece que llegaba eliminado a esa jornada. Me dicen: ‘pero ya los dos no van a pelear mucho, que no se qué‘. Mis tíos iban a ir al de América-Atlante y yo le dije a mi papá: ‘No, pero yo quiero ver a las Chivas. No importa lo que se tengan que jugar o no‘. Yo quería ir a ver al equipo al que le iba. Bueno, fue en esa temporada 1995-1996, cuando comenzó el amor por el Rebaño Sagrado“.
¿Quién sembró ese amor por las Chivas en Villa Villa?
Omar, curiosamente, tomó su trascendental decisión de hacer aficionado de las Chivas en un Clásico Nacional. Así, tomó uno de los dos bandos en que se divide el futbol mexicano tras decantarse por el tradicional y nacionalista Guadalajara. Pero, le consultamos: “¿quién en específico te inculca ese amor, que tú digas: ‘por él o por ella, soy de Chivas’?“. De inmediato, nos recordó que “mi abuelo materno era el aficionado de Chivas. Aunque también tenía gusto por Cruz Azul, porque su hijo, mi tío Alejandro le va al Cruz Azul. Entonces, como que andaba ahí entre Chivas y Cruz Azul, lo apoyaba a él porque ser del Azul y a mí por Chivas. Pues, realmente en mi casa sí nos gustaba el futbol“.
¿Cómo convirtió Villa Villa al chivahermanísmo a su papá?
El reportero estrella de TV Azteca confesó que “de chiquito jugaba. Me llevaban al parque a jugar fútbol y todo este asunto. Pero, por ejemplo, mi papá no tenía como tal una afición a un equipo como pasa regularmente que (el adulto) le va a las Chivas o que te compren la playera. Sino, más bien, mi papá se hizo chiva y chiva de corazón por mí. A partir de ese momento de la (temporada) 1995-1996, mi papá siempre fue el que me llevó a los estadios, cuando Chivas jugaba en la Ciudad de México“.
Omar se conectó de esa manera con su papá y generó una relación especial, en la que comparten su afición por el Rebaño Sagrado. A pesar de no vivir en la Perla de Occidente, ni cerca. Así, le relató a Rebaño Pasión que “yo nací en la Ciudad de México, he vivido toda mi vida en la capital del país. Entonces, aprovechaba los partidos cuando Chivas venía de visita contra el Atlante, contra Necaxa, los Clásicos (frente al América), contra Cruz Azul“.
Un padre ejemplar: Lo llevó al Estadio Jalisco
El actual periodista recordó quienes fueron los que lo llevaron a ver a sus Chivas de niño, para inculcar esta pasión por el futbol. Admitió que “mi papá y mi tío Alejandro fueron los que siempre estuvieron ahí, en esa parte de la afición al fútbol y en este caso, por las Chivas, mi papá me siguió la corriente y fue el que me compró mi primera playera. El que me llevó por primera vez a Guadalajara a ver un partido de Chivas al Estadio Jalisco“. Un ejemplar padre que se hizo de las Chivas por el amor a su hijo.
Villa Villa, a pesar de la afinidad rojiblanca que generó desde entonces con su padre, reconoció que “realmente, mi abuelo materno fue el que tenía la afición por Chivas. Mi papá se hizo chiva por mí y a partir de ahí, comenzó esta bola de nieve que llegamos hasta este momento en donde bueno, pues seguimos con los colores bien puestos“. Dos figuras claves en la formación de Omar Villarreal Villalbazo como chivahermano. Un sentimiento que defiende con orgullo ante la pantalla de TV Azteca y le ha permitido ganarse el cariño de la afición más grande del país.