Las Chivas de Guadalajara son, sin duda alguna, el equipo al que más caro le venden en el futbol mexicano y en muchas ocasiones el dueño, Amaury Vergara, ha sacado la cartera para dar golpes de autoridad que le permitan adquirir a futbolistas de gran talento que puedan aportar sus cualidades a la institución rojiblanca, pero no todo depende de sus buenas intenciones.
Fue en el 2022, tras la llegada de Fernando Hierro, que el Rebaño Sagrado cumplió su deseo de contar en sus filas con los servicios de Víctor Guzmán, el volante ofensivo que en el 2019 ya había regresado a casa, pero un problema de dopaje impidió que su cerrara su transferencia y tuvo que regresar a Pachuca para cumplir su sanción.
Con Hierro en la dirección deportiva, las Chivas abrieron nuevamente la cartera para desembolsar una fuerte cantidad por el Pocho Guzmán, quien regresó a la casa que lo formó como futbolista, después de triunfar con los Tuzos tanto en la Liga MX como en la Concachampions, donde también se proclamó campeón.
Pocho Guzmán y los 60 millones de pesos que le costó a Chivas
El Pocho llegó a Guadalajara a cambio de tres millones de dólares, lo que se traduce en 60 millones de pesos y la cesión de Jesús el Canelo Angulo, por lo cual no le salió nada barato a los tapatíos que en el primer torneo, el Clausura 2023, se ilusionaron con el rendimiento del futbolista jalisciense, pues marcó siete goles y se convirtió en capitán.
Para el segundo semestre del año no anotó ni un solo tanto y se empezó a especular de una posible mala relación con el entrenador Veljko Paunovic, aunque esto nunca se pudo confirmar. En el Clausura 2024 anotó seis tantos y parecía que retomaba su nivel bajo el mando de Fernando Gago, pero nuevamente el segundo semestre del año vino a menos y solo anotó un gol en 15 partidos.
Para este Clausura 2025, donde los tapatíos tuvieron una serie de altibajos, Víctor Guzmán apenas jugó dos partidos, aunque cabe mencionar que no pudo arrancar el certamen porque se lesionó el quinto metatarso y tuvo que esperar varias jornadas antes de hacer su aparición, de hecho nunca jugó con Óscar García, lo hizo bajo el mando de Gerardo Espinoza, pero de poco y nada ayudó a evitar el fracaso del equipo.
La línea descendente del Pocho Guzmán empezó desde el Apertura 2024 con Fernando Gago, es decir, lleva dos campañas con una producción baja no tanto de anotaciones, porque su posición no es la de un delantero, pero en cuanto a minutos jugados y contribución al rendimiento colectivo del Rebaño, parece muy lejos de lo que presumió cuando arribó por segunda ocasión al que se supone es el equipo de sus amores