Adolfo Bautista, ex delantero de las Chivas de Guadalajara, rememoró con lujo de detalles la escena violenta que protagonizó frente al club argentino Boca Juniors en su Estadio La Bombonera, durante aquel partido de vuelta de la eliminatoria de la edición 2005 de la Copa Libertadores de América.
$bp(“Brid_85672720”, {“id”:”6148″,”width”:”800″,”height”:”478″,”video”:”532316″});
ElRebaño Sagradogoleó a los argentinos en elEstadio Jaliscoy en la vuelta se armó una tremenda pelea contra el “Bofo”, quien reveló durante una entrevista para el segmento “la cámara del Dr. García” cómo vivió aquel compromiso en La Bombonera, en lacual los jugadores y la afición xeneize le hizo imposible la vida a los rojiblancos.
El “Bofo” reconoció en la reveladora entrevista que los inconvenientes comenzaron” desde que estábamos en el vestidor, conocemos a los argentinos cómo son, marrulleros, y no nos dejaban calentar. Nos dejaron un pedacito del área grande para calentar, se iban los balones y los aventaban a la tribuna “.
El atacante rojiblanco refirió que “empezó el partido y empezaron con patadas. En una jugada donde me dan un pase filtrado y voy corriendo pero veo a los dos centrales que me van a dar un codazo y me quité, me tumban y en ese momento los aficionados me avientan piedras. En ese momento, yo les hice la señal de los cuatro goles“.Fue en este momento que empezó la locura, pues Bautista fue agredido por Martín Palermo, para después recibir un escupitajo por parte de Jorge “Chino” Benítez, y finalmente ser atacadopor algunos aficionados.
Bautista recuerdaque “me ve Palermo y en ese momento me sigue y me quería golpear. Yo me voy caminando y me tira un cabezazo. Total, el árbitro nos expulsa a los dos y cuando iba a salir para los vestidores es cuando un técnico se me acerca y me escupe. Se brincan dos aficionados y uno me da una patada y el otro un manotazo“.
El ariete de Chivas revela en la entrevista para “la cámara del Dr. García”que “donde sí sentí miedo fue en el vestidor, porque estábamos el utilero, Terry, y yo. Llegamos, cerramos la puerta, y querían tumbar la puerta. Yo dije: si tumban la puerta nos van a linchar. Pero gracias a Dios se terminó el partido y bajaron todos los jugadores, fue lo que nos salvó“.