A sus 26 años, Antonio Briseño ha pasado por muchas experiencias en su carrera como futbolista. Tras un paso por el futbol europeo con el Feirense de Portugal, regresó a México para enfundarse con la playera más grande del país, la de Chivas de Guadalajara, para el Torneo Apertura 2019.

Su arribo al Rebaño Sagrado fue un proceso largo y trabajado. “En febrero o marzo ya estaban planificando y ahí me contactaron. “La estaba pasando mal en Feirense, no teníamos buenos resultados pese a que jugábamos bien y yo estaba haciendo bien las cosas pero no se reflejaba”, dijo al Podcast de Chivas.

“Mi sueño era llegar a Europa pero a Chivas no se le puede decir que no. Ya cuando termina la temporada todo se hizo más formal y empezamos a hablar de cifras, mi meta era seguir en Europa pero no era nada tangible. Ahí fue que hablé con la gente en Portugal para empezar a negociar”, manifestó.

El proceso de oficializar su firma con los rojiblancos fue complicado. “Yo a Portugal llegué libre por lo que el 20 % de mi ficha me pertenecía, me lo debían devolver pero en un principio no quisieron. Tuve que apoyarme con mis abogados y en verdad Chivas me brindó todo su apoyo”, indicó.

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“Llegué en junio pero no pude firmar nada sino hasta julio porque había posibilidad de una disputa con Feirense. También se fue José Luis (Higuera), que fue quien me trajo, pensé que se iba a caer pero Amaury (Vergara) me transmitió tranquilidad y recuerdo que firmé con Chivas el 1ro de julio. Fue uno de los mejores días de mi vida”, resaltó.