No sólo se concentra en el entrenamiento en equipo, sino en el individual; La Volpe se ha concentrado en el trabajo de la portería, posición que conoce muy bien.
Ricardo parece maestro de escuela. Es didáctico, La Volpe le dio clases particulares a los tres porteros de primer equipo, mientras que el entrenador de porteros miraba en silencio. La Volpe trabajó todos los tópicos tácticos del equipo.
El entrenador dirigió el entrenamiento específico de los arqueros, les explicó aspectos primarios, como la manera en que se debe dividir en tres una portería, cómo hacer el achique y cómo cerrar los ángulos a los rivales, con sólo dar un paso a la derecha o a la izquierda, como porteros viejos. Como él, que brillo a finales de los 70 y durante la década de los 80.
Las matemáticas son exactas y con las dimensiones de la portería se pueden hacer muchos ejercicios de cálculo, en otras palabras la ciencia de ser portero es exacta.
Fue evidente que La Volpe asume roles que van más allá de armar al equipo titular del domingo, al ponerse a trabajar así con los porteros demuestra que es un fanático de la perfección.
Sobre el entrenamiento especial, Antonio Rodríguez, armó que fue un trabajo diferente, especial y que lo toma de la mejor manera y más viniendo su timonel.
“Ricardo es una persona que sabe muchísimo de futbol y más aún porque fue portero, la posición que yo juego. Me orienta para jugar de la manera que a él le gusta y la comunicación ha sido muy completa. Él, que vivió la portería. Sabe lo que significa estar jugando con esta presión”.
Fuente: La Afición