Diego Cortés Padilla podría estar jugando al futbol de manera profesional, sus 26 años y su buena salud así se lo permitirían. Sin embargo, por decisión propia decidió dejar de lado lo que para muchos es un sueño y darle un giro de 180 grados a su realidad.
Quien era un lateral derecho prometedor y que contaba con un contrato vigente con el Club Deportivo Guadalajara perdió el encanto por el balón. Una tarde en la playa le pronunció a su novia las palabras que marcarían un punto de inflexión en su vida: “Ya no voy a jugar“.
Aquella frase fue una manifestación explícita de un proceso íntimo que él acarreaba desde hacía ya tiempo. La verbalización de su sentimiento no era más que eso, una manera de exteriorizar lo que en su corazón ya era una decisión meditada y firme.
Haber marcado el mejor gol del Mundial Sub 17 de Chile en 2015 quedó como un tesoro personal y profesional, pero que ya no tenía la necesidad de ser refrendado dentro del rectángulo verde. También quedaron atrás sus tres partidos en Chivas. Por primera vez, Diego Cortés platica con un medio en esta primera entrega de la entrevista que le concedió a Rebaño Pasión.
Diego Cortés y sus comienzos en el futbol
—¿Cómo fueron tus inicios en el futbol, tus primeros contactos con el balón?
“Muchos de los que crecemos en el medio del futbol parece que nacimos con la pelota en la panza de nuestras mamás. Es muy común escuchar que el primer juguete que uno tiene es un balón. En mi caso no fue la excepción. Desde chico, siempre hubo un interés por el futbol“.
“Fue uno de mis hermanos quien le dijo a mis papás que consideraran meterme a un equipo. Soy de Guadalajara, de una familia chiva. Así que la primera opción fue inscribirme en Chivas. Tendría unos cuatro o cinco años. Y bueno, la verdad es que siempre fue el equipo más grande para nosotros”.
“Pero en esa época, Chivas tenía muchísima demanda. Había una lista de espera enorme para que los niños pudieran entrar a jugar. Y como yo ya quería jugar, no quise esperar. Me anotaron en Tecos. Después pasé al Atlas, donde estuve más o menos hasta los seis años”.
“Luego se abrió una vacante en Chivas, en la categoría C. Las categorías eran C, B, A, y luego el Selectivo. Después de eso ya entrabas a lo que eran las fuerzas básicas, que empezaban a los nueve años. A mí me llamaron cuando tenía siete. Ahí es donde empecé a jugar formalmente en Chivas, alrededor de los ocho años”.
“Estando en la C me brinco a la A, juego un torneo con la A y de allí pasé a selectivo y ya estaban por abrir las fuerzas básicas. Yo tenía nueve años y no sabía nada de todos estos niveles, solo jugaba al futbol. De ochenta que éramos, iban a filtrar a veinticinco para el primer equipo de la categoría 95 y allí entré yo”.
—¿Cuándo empiezas a tener contacto con la Selección Mexicana?
“En esas categorías siempre hay torneos donde te observan. Uno no empieza a identificar los niveles hasta que aparece la Selección Mexicana. Siendo Sub-13 o Sub-14 hicieron un llamado y yo no fui convocado. Fueron otros compañeros e hicieron un viaje a Bolivia”.
“Entonces, ahí empiezas a notar ciertas cosas, y quieras o no, aunque tengas 12 o 13 años, ya se siente la competitividad, porque con eso creces. Y claro que hay un deseo que dice: ‘yo quiero estar en ese grupo, yo quiero estar en la Selección’”.
“Hasta que, tras un cuadrangular que hicimos con otras fuerzas básicas como la de Tecos, una que venía de Jaguares de hacía mucho tiempo, Chivas y Atlas, ahí es cuando me llamaron a una convocatoria de la Selección Mexicana. Desde esa vez no hubo ninguna otra a la que no me llamaran. Fui a todas las convocatorias que hubo, al menos en mi categoría o una arriba“.
—Luego seguiste ascendiendo hasta llegar a jugar el Mundial Sub 17 en Chile, donde un gol tuyo es elegido como el mejor del torneo, ¿qué recuerdas de aquella participación y del gol en particular?
“En aquel Mundial ocurrió algo muy curioso: marqué 2 goles. Contra Chile en los cuartos de final y luego, en semifinales, viene lo del gol del Mundial. Aquí quiero contar algo que pocos saben. Un día antes, en la concentración, hablé con mi hermana y le dije: ‘¿Sabes qué? Siento que mañana va a pasar algo distinto'”.
“Tenía la sensación de que iba a hacer algo diferente, pero ni siquiera pensaba en la magnitud de lo que estaba por suceder. Quedó en esa conversación. Y luego anoté el mejor gol del Mundial Sub-17, en una semifinal, contra quien terminó siendo el campeón del mundo (Nigeria). Fue el gol del empate y, sinceramente, ese fue el primer momento en el que sentí que el fútbol podía cambiarte la vida y tener un impacto real”.
“Fue algo muy especial. Fue una mezcla de sentimientos, porque al final perdimos la semifinal. En mi cabeza solo estaba eso, la derrota. Eso era lo que realmente me dolía. Nunca imaginé lo que significaría ese gol. Para mí, en ese momento, fue solo un gol más“.
“Solo recuerdo que terminó el partido, salimos del campo, y se acercó una persona de prensa del equipo. Apenas salí, esta persona me dijo: ‘No podemos dar ninguna entrevista. Vámonos’. En realidad no tenía el ánimo ni la intención de hablar. Estaba llorando por la derrota. No me interesaba nada más en ese momento”.
“Regresamos al hotel, bajamos, y mi familia ya estaba ahí. Entré al lobby y lo primero que vi fue a mis papás. No recuerdo bien la escena completa, pero en ese momento mi celular empezó a agarrar señal y comenzaron a llegar todos los mensajes. Te hablan hasta personas que no esperas, familiares lejanos, primos que nunca te hablan, y de pronto aparecen nuevos amigos que jamás estuvieron“.
“Hasta que en un punto subí a la habitación, revisé el teléfono, y vi que era tendencia mundial. En todas las plataformas. Ahí fue cuando realmente empecé a darme cuenta del ruido que se había generado. Incluso empezaban a compararlo con un gol de Messi en un Mundial Sub–17“.
Primeros pasos en el primer equipo de Chivas de Guadalajara
— También jugaste el Mundial Sub-20 un par de años después, pero quiero pasar más a la relación con Chivas y tu llegada al primer equipo, con el debut en Copa ante Santos Laguna. ¿Cómo te fue llevando Matías Almeyda en aquella época que marcó en Chivas?
“La realidad es que Chivas genera muchas cosas más allá de las personas que estén dentro del club. Yo soy de la idea—y lo he aprendido muy bien ahora en el mundo de los negocios—de que las marcas trascienden mucho más que las personas; y creo que Chivas es una marca que realmente genera mucho“.
“Hay muchas cosas que no se ven, y en lo personal estoy muy agradecido por lo que el club me exigió y cómo me fue encaminando para llegar de la mejor forma posible a primera división. Matías Almeyda marcó un antes y un después en la historia reciente de Chivas, por lo que venía pasando antes de su llegada y por todo lo que logró después”.
“En ese proceso, empezamos a escuchar a Matías hablar de que, para él, reforzarse también era mirar a la cantera. Y los que él comenzaba a observar éramos los que teníamos 17 años, mi camada, los que ya estábamos llamando la atención y esperando esas oportunidades. Entonces, al regresar del Mundial, comencé a entrenar con el primer equipo. Era una especie de híbrido entre primera y mi equipo base”.
“Con Almeyda ocurrió algo muy particular. Durante el Mundial, él da una rueda de prensa y menciona que en ese momento el único lateral derecho era el ‘Chapito’ Sánchez. La gente pedía que trajeran a otro lateral, pero él fue muy claro al decir que no iba a buscar a alguien más, sino que quería darme la oportunidad a mí“.
“Ahí transité la pretemporada con ellos y mi camino con el primer equipo. Mi debut fue en la Copa MX, contra Santos Laguna. Tal vez no fue el debut soñado—no hubo gol ni una actuación deslumbrante—pero, por lo que significó para mi carrera, fue algo muy especial. Fue un momento más interior, más íntimo“.
—¿Qué crees que faltó para que puedas tener un lugar en liga y asentarte en el primer equipo?
“Creo que un poco de cierto atrevimiento, sobre todo por lo que Matías deseaba y por cómo era su carácter. Más allá de eso, hay que decirlo: a los que nos tocó subir en esa época no lo hicimos con un grupo sencillo. No se compara con lo que se puede ver ahora. En ese entonces, cada posición estaba muy disputada. Jugador por jugador, tanto dentro como fuera del campo, el nivel era altísimo”.
“Todo era muy competitivo. En lo personal, pienso que fue una etapa exigente, incluso traicionera en algunos aspectos. No fue fácil. Los jugadores experimentados no es que no dieran espacio a los jóvenes, pero ya eran futbolistas muy consolidados, en su mejor momento”.
“Cuando uno veía posición por posición, no era que alguien estuviera bajo de nivel. Al contrario: por eso el equipo logró lo que logró. No se ganan cinco torneos seguidos si no tienes jugadores en su punto más alto. Cada uno tenía números impresionantes”.
—Sin lugar en primera, pasaste por tres préstamos: Zacatepec, Tudelano y Morelia. ¿Qué fue lo que te llevó a que Morelia fuera tu último equipo y a tomar la decisión de retirarte tan joven?
“Empezaron a influir otros factores. El ritmo que yo venía llevando en las inferiores fue muy rápido, y a esa edad ya empiezas a tener una noción de en qué lugar quieres estar y hacia dónde quieres ir. A medida que pasaba el tiempo, yo comenzaba a notar las cosas con mayor madurez“.
“No estaba de acuerdo con ciertas situaciones dentro de la industria, con lo que estaba ocurriendo fuera de la cancha, y cómo eso iba a afectar mi vida personal. Había decisiones que no podía tomar con libertad, y al final se trataba de depender de otros para tomar decisiones por mí“.
“Si lo quieres poner de manera simple, como en cualquier trabajo, está bien, pero por mi forma de ser, ya no estaba alineado con mi proyecto de vida. No era lo que yo quería generar y lo que quería para mi futuro. La incertidumbre cada seis meses, no saber qué iba a pasar, depender de alguien más para que moviera las piezas a su gusto. Llegó un momento en que me di cuenta de que no estaba de acuerdo con eso“.
“Además, en ese entonces también influían las relaciones personales que se vivían en ese entorno. Así que, dependiente de otros, me vi en la necesidad de comenzar a pensar en algo para mi vida, en algo que realmente estuviera alineado conmigo. Eso fue lo que me llevó a tomar la decisión que tomé“.
Decisión de retirarse en plenitud y con contrato vigente
—¿Cómo tomas la decisión de retirarte a los 23 años y cómo fue el proceso psicológico? ¿Recuerdas el día en el que tomaste la decisión y a quién se lo comunicaste?
“No fue un día en particular. Fue un proceso, algo que fui decidiendo poco a poco. Y te voy a decir algo curioso: llegamos a una final, y luego decidí ya no jugar. Alguien podría decir: ‘Oye, pues no te fuiste en la mejor temporada’, pero no fue así”.
“Durante el torneo yo ya iba sintiendo ciertas cosas. Fue algo muy interno, no lo hablaba con nadie. Me fui de vacaciones con mis hermanos y mi novia. Ella en ese momento me preguntaba: ‘¿Cuándo vas a regresar a entrenar?’, porque las vacaciones eran cortas, y ella estaba acostumbrada a mi ritmo de vida, que era rápido, siempre regresando a entrenar. Entonces le decía, ‘No, tenemos más días’.
“Fue algo extraño para ella, porque sabía que el primero de enero ya debía regresar. Ya íbamos por el 13 de enero, y me dijo: ‘¿Oye, cuándo vas a entrenar?’. Yo le respondí: ‘No, hasta más tarde’. Un día, mientras estábamos caminando en la playa, me lo preguntó más en serio, y le dije: ‘Ya no voy a jugar’”.
“Fue una decisión muy clara, y disfruté lo que estaba haciendo en ese momento. Ella no lo podía creer, pero le dije: ‘Sí, ya no voy a jugar’. Se lo comuniqué a mi representante. En ese entonces me dijo: ‘Oye, van a llegar ofertas. ¿Qué vas a hacer? Chivas está preguntando qué va a pasar’. Le respondí que, si no era algo que realmente me conviniera, no volvería a las canchas“.
“Así que hablé con la directiva y empezó a ser algo raro. Pensaban que, por el famoso pacto de caballeros, yo iba a quedarme. En ese entonces tenía contrato con Chivas por tres años. Yo ya había tomado la decisión, y si no era algo que me beneficiara, no veía el sentido de quedarme”.
“Estaba claro que ya no iba a jugar, ni yo iba a aprovechar el tiempo de esa forma. Entonces, me ofrecieron un tipo de contrato en el que me aseguraban que no jugaría en un año, con la certeza de que no iba a volver a jugar. Y lo firmé, con total claridad. Desde ese momento, no he vuelto a jugar profesionalmente“.