Fue considerado una de las mejores promesas en la cantera de Chivas, pero solo unos pocos recordarán su nombre. Aunque tuvo un breve paso por las filas del Guadalajara, fue capaz de causar fuertes controversias. La mayoría coincide en que tenía grandes cualidades, pero que su personalidad lo llevó hacia otros rumbos. Hoy, Max Pérez se mantiene alejado por completo del futbol profesional.
El canterano del Rebaño comenzó a ganar relevancia en 2003, cuando fue considerado una de las grandes figuras en lo que se denominaba como Copa Chivas, certamen que reunió a equipos de relevancia mundial como Ajax, Barcelona, Boca, Cruzeiro y algunas selecciones juveniles. Con aquel rendimiento, Max se proyectó como un talento capaz de aportar en el primer equipo y generó expectativas entre la afición.
Max Pérez, el jugador que debutó en Chivas y se reconoció aficionado del Atlas
El 28 de noviembre de 2004, Max Pérez debutó en un escenario inmejorable: un Clásico Tapatío frente al Atlas, correspondiente al partido de vuelta por los cuartos de final del Torneo Apertura. En aquel partido, el Rebaño perdía por 3-0 y tras el ingreso del mediocampista logró igualarlo 3-3, aunque de igual manera se quedó eliminado por tener peor ubicación en la fase regular.
Sin embargo, aquel promisorio estreno quedó empañado por un hecho que comenzó a marcar un rumbo negativo en su carrera profesional. Tras el silbatazo final, Max Pérez fue visto conversando en un tono alegre con jugadores del Atlas, algo que llegó a provocar la molestia de referentes como Oswaldo Sánchez y Carlos Salcido, quienes según versiones lo metieron a los empujones hasta dentro del vestidor. Y la polémica escalaría todavía más algunos meses más tarde.
Max Pérez no tardaría en protagonizar otro episodio que desató la bronca de la afición y de sus propios compañeros. Previo a otro Clásico Tapatío, el mediocampista hizo desafortunadas declaraciones para el periódico Mural, donde se reconoció aficionado del Atlas y admitió haber estado feliz de que los rojinegros se clasificaran a semifinales en aquel enfrentamiento previo. Y no sólo eso: hasta tuvo la osadía de posar con una playera de los Zorros debajo de la de Chivas.
A partir de allí, la relación quedó rota con la afición y con el resto de la plantilla. El entrenador Benjamín Galindo y el propietario, Jorge Vergara, intentaron respaldarlo minimizando los hechos, pero Max Pérez fue relegado al Tapatío. Sólo volvería a jugar en otras dos ocasiones con Chivas: apenas disputó ocho minutos en un 2-0 ante Tiburones Rojos y otros ocho en un 1-1 contra Dorados de Sinaloa, ambos en el primer trimestre de 2005, bajo la dirección de Galindo.
El día que Max Pérez se enfrentó al Real Madrid de los Galáctico Beckham, Zidane, Owen y Ronaldo
Pese a su poco protagonismo en partidos oficiales, Max Pérez tuvo la oportunidad de sumar minutos en un amistoso histórico para Chivas, nada menos que contra el Real Madrid de los ‘Galácticos’, en lo que fue el primer enfrentamiento de la historia entre el conjunto Merengue y un equipo mexicano.
En aquel partido, el mediocampista ingresó en lugar de Rafael Medina y llegó a marcar de cerca a una figura mundial como David Beckham, en una de las imágenes más recordadas de su corta carrera. En ese encuentro, el Rebaño fue dirigido por Juan Carlos Ortega. Algunas de las estrellas del elenco madrileño fueron Iker Casillas, Roberto Carlos, Zinedine Zidane, Michael Owen y el brasileño Ronaldo.
El misterio que sobrevuela a Max Pérez: ¿dónde está y por qué prefiere alejarse de la vida pública?
Tras jugar 54 encuentros con el Tapatío, Max Pérez tuvo discretos pasos por el ascenso con las playeras de Salamanca, Leones Negros y Cruz Azul Hidalgo. Hasta que con apenas 24 años, decidió poner fin a su carrera profesional. A partir de allí, desapareció por completo del radar futbolístico. Mientras muchos ex futbolistas acostumbran a seguir ligados al deporte, el protagonista de esta historia tomó un camino completamente distinto.
En la actualidad, la vida de Max Pérez está muy lejos de los campos de juegos. El canterano de Chivas realizó la carrera de Psicología en la UTEG y actualmente trabaja como especialista en casos de prevención de suicidios. Un giro inesperado para quien alguna vez supo ser considerado una gran promesa en las Fuerzas Básicas del Guadalajara.
Varios de sus ex compañeros admiten haberle perdido la pista desde hace tiempo. Otros, aún mantienen contacto, pero reconocen que su personalidad siempre fue muy peculiar. Aunque lo describen como un talento excepcional, la mayoría de los testimonios coinciden en que Max Pérez no supo adaptarse a la exigencia del futbol profesional.
- Edwin Borboa: “La verdad no. Me tocó, lo ubico, sé quién es, pero no tengo comunicación con él”.
- Jonathan Miramontes: “Coincidimos en un par de equipos. Desde hace muchos años le perdí la pista y no tengo cómo contactarlo”.
- Mitchel Oviedo: “Sí jugué con él, pero no sé nada sobre él. Sí, era bueno. Muy indisciplinado, jaja, pero muy bueno”.
César Valdovinos lo conoció más de cerca, pues coincidió con él en Chivas y en Leones Negros: “Para jugar, un crack. En Básicas él sí era de los que decías: ‘Ese güey va a figurar en Primera División’. Pero Max, por cuestiones mentales, de desmadre, se fue por otros lados. La calidad era buenísima. Está raro. Perdió la brújula, se desvió. Conviví con él, fuimos muy amigos. Yo me acuerdo que me hacía reír mucho, pero siento que de repente se relajaba mucho con la exigencia y eso le fue costando. En cuanto a calidad, estaba muy cabrón. Pero en la parte mental, le costó y no supo manejarlo”.
Lauro Muñoz, otro ex Chivas y actual entrenador de porteros en la Federación Mexicana, es de los pocos que todavía mantiene contacto: “Yo siempre se lo dije: ‘Güey, tú no hiciste más porque tenías un cacahuate en la cabeza”. Y agrega una anécdota que resume bien su personalidad: “El cabrón no le gustaba hacer mucho físico. Decía que corrieran los caballos y los rateros”.
Se trata de un caso poco habitual en el futbol mexicano. Un jugador que pasó de ser una gran promesa de Chivas, a convertirse en un enigma; un talento que nunca terminó de consolidarse y que durante su corta carrera profesional tuvo un comportamiento distinto al tradicional, con polémicas poco habituales, como la de reconocerse aficionado de los grandes rivales y hasta posar con su playera. Aunque contaba con las condiciones futbolísticas, Max Pérez nunca terminó de encajar y acabó por encontrar su verdadera vocación lejos de las canchas.