Jesús Molina, mediocampista de las Chivas de Guadalajara, todavía cree que en la existencia del denominado "amor a la camiseta" por parte de los jugadores, pero sin olvidar que el futbol es una profesión y un negocio, por lo que los cambios de club se hacen en busca de tener más actividad y un beneficio económico para todas las partes.

 

El capitán del Rebaño Sagrado, a sus 32 años recién cumplidos el domingo, ya defendió las playeras de Tigres UANL, Monterrey y América, cuatro de los equipos que protagonizan las rivalidades más importantes en el futbol mexicano y con los que asegura se entregó al máximo, para hacer honor al profesionalismo que lo caracteriza.

Molina, en una entrevista con la cadena internacional ESPN, afirmó que "esto una profesión y yo me considero un jugador profesional completamente, comprometido con el equipo que me brinde esa oportunidad, esa confianza. Pocos jugadores duran toda la vida en un equipo y normalmente, los que duran es porque son canteranos, nacieron ahí y les dan esa oportunidad, y saben que en el tema económico no van a tener problema con ellos".

El volante de los rojiblancos manifestó que la salida de un futbolista sucede por muchas circunstancias, una de ellas es el bienestar de la familia al asegurar que "muchas veces, cuando tú pides salir, es porque se te genera una oportunidad de jugar más y por ende, va a haber un beneficio económico… El amor a la camiseta, creo que sigue existiendo, pero sin anteponer que es una profesión, que es un trabajo y que no por amor a la camiseta vas a dejar de jugar, o vas a dejar de comer, porque al final tu profesión es el que da el sustento a tu familia".

El líder de los tapatíos en la actualidad indicó además que "yo puedo tener amor a la camiseta, pero si ese equipo no le tiene ‘amor’ a Jesús Molina, pues yo no puedo quedarme con los brazos cruzados, o en casa acostado y esperar a que cualquier otro equipo me dé dinero. Créeme que he tratado de ser lo más profesional posible en todos los equipos en los que he estado".