Chivas cayó 0-1 en casa y fue eliminado por el gol de Oribe Peralta tras el 1-1 en el Azteca. Jugó mal, atado, y el rival pasó a Semifinales.
Y llegaba el día tan esperado en Guadalajara: las Chivas de Almeyda recibían a las águilas de La Volpe en la Vuelta de los Cuartos de Final del Apertura, luego del 1-1 en el Azteca. En los primeros minutos manejaba mejor la pelota el Rebaño pero sin demasiada profundidad. Del otro lado, igual, pasaba lo mismo hasta que se iban a los vestidores con la chapa en blanco.
Los nervios se apropiaron de los jóvenes rojiblancos.
Pero en el inicio del complemento llegaría el baldazo de agua fría, con el primero de Oribe a los diez. Al momento el Pelado arriesgaba con la Chofis por Cisneros. Y más tarde ingresaban Calderón por Pineda y Bueno por el Gullit pero tampoco funcionaba: ni siquiera inquietaban a Muñoz y los minutos ahorcaban al Rojiblanco hasta que se terminó el juego.
Chivas jugó mal, atado, impreciso, nervioso. Y lo pagó caro ante un rival con mucha jerarquía. La misma historia de hace seis meses. De no creer. Tristeza absoluta.
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El gol que definió la serie:
