El futbol es una carrera sumamente demandante de la cual muchos jugadores suelen depender incluso cuando deciden retirarse de manera profesional; sin embargo, hay otras personas que deciden darle un vuelvo de 180 grados a sus vidas tal y como lo ha hecho este exjugador de Chivas que dejó los balones y los intercambió por biblias. 

Hijo de una familia en la que se respiraba el futbol en Acatlán de Juárez, Jalisco, Noé Zárate fue adoptando los balones en su vida diaria desde que era un niño, logrando destacar en los equipos de su localidad hasta que se le abrieron las puertas del Club Deportivo Guadalajara, transformando su vida por completo. 

Sus cualidades lo llevaron a destacar y ser considerado incluso en la etapa de las Súper Chivas de la década de los años 90, consiguiendo el título de Liga MX en el Verano 97 con una generación legendaria de la escuadra tapatía, en donde la conexión entre afición e institución era su principal fortaleza. 

Sin embargo, Noé Zárate no vivió una carrera muy larga, ya que a los 31 años de edad puso punto final a su carrera por una curiosa situación con su representante, la cual hoy en día el exjugador le atribuye completamente a Dios, comenzando así su camino para ayudar de manera activa a la gente de su comunidad a través de la iglesia y labores altruistas. 

Ahora, casi 20 años de que puso fin a su carrera en las canchas, el exlateral del chiverío reveló su historia en entrevista exclusiva con Rebaño Pasión, en donde contó cuestiones deportivas hasta su experiencia con Dios que ha marcado su camino durante toda su vida. 

¿Cómo llegó Noé Zárate a Chivas? 

“Anteriormente no había tantos filtros como los hay hoy. No había tantas escuelitas de futbol como las hay hoy, podría decir que era un poquito más fácil entre comillas. Yo jugaba con otro equipo de futbol, acá hay una universidad que la Universidad de Guadalajara y tenía como filial a un equipo un equipo que se llamaba la Federación de Estudiantes de Guadalajara y ahí fue donde empecé a jugar en las infantiles y juveniles.  

“Me reclutaron y llegué a una Segunda División. Se deshizo el equipo y el entrenador de ahí fue el que me dijo: ‘te voy a llevar a probar a Chivas’. De alguna manera, sí recibimos un empujoncito de parte de este entrenador que nos dirigía tanto a mí como a mi hermano, y nos pudieron llevar a hacer unas pruebas con algunos entrenadores. Él conocía al señor Salvador Gamero que fue mi entrenador en reservas profesionales y él fue el que nos recibió. Ya después me quedé en reservas a probarme y mi hermano lo mandaron la Tercera División, pero sí, esos fueron los inicios cuando llegué yo a Guadalajara a probarme.” 

Noé Zárate disputa un balón contra América (IMAGO)

Fue parte de las Súper Chivas: La clave para que los canteranos se consolidaran 

“Cuando a mí me tocó subir en el 1991 al primer equipo, dos años después empezaron a surgir la Súper Chivas. En este momento era complicado porque todavía teníamos a un Sergio Lugo jugando, teníamos a un Cadena, a un Montes de Oca, a Daniel Corral. Era complicado y cuando llegan a Súper Chivas pues se vuelve más complicado. Aunque no llegó gente de nuestra posición, sí llegó un Turrubiates, un Guamerú, un Coyote, un Ramón Ramírez, un Daniel Guzmán, un Missael Espinoza. Que fue donde se armaron los Súper Chivas.  

“Cuando se arma este equipo que llama mucho la atención, sí nos vimos amenazados de a lo mejor no tener la oportunidad de participar, de mostrar nuestro futbol o por lo menos tener esa oportunidad de jugar, de mostrarnos. Fue lo contrario, porque los profesores que pasaron en su momento sí voltearon hacia nosotros, porque tienes jugando de un lado a Manuel Vidrio, Nacho Vázquez, Manuel Martínez.

“Cuando llegan ellos, pues sí nos vimos, no sorprendidos, pero si nos vimos beneficiados. Aprendimos muchísimo de toda esta gente que llegó: Claudio Suárez. Tibu, Camilo Robles, Manuel Martínez, el Remy Arreola, Campeoncito Hernández, Nacho Vázquez estábamos ahí atrás, estábamos ahí esperando nuestra oportunidad”. 

¿Qué recuerda de la Final contra Toros Neza? 

“Para todo jugador, ser campeón en la en la liga mexicana o en cualquier liga profesional, es una meta, es un logro porque pasas a la historia de ese club. Viendo la magnitud de lo que es Chivas, de lo que Chivas representa para mucha gente, no solamente a nivel nacional, sino también a nivel internacional, fue algo único. Para toda la gente creo que algo muy bello, muy hermoso y no solamente el título 10, sino el cómo se gana el título 10. Por la manera de cómo juega el equipo, por la manera de cómo está compenetrado ese equipo con el pueblo.  

“Me marca, pues de una manera muy agradable hasta el día de hoy, porque somos conocidos como aquel equipo que jugaba muy bien al futbol y que ganamos esa décima estrella y que aparte fuimos pueblo y por eso yo creo que la gente todavía nos sigue recordando”.

¿Cómo se da su retiro y su incursión en la vida religiosa de su pueblo? 

“Yo estaba con Tigres y me fui un año a Correcaminos, se termina mi contrato y regreso a Tigres y ya no hay planes para mí. Hablo con mi representante y me dice: ‘vete de vacaciones. yo te busco’. Acá surgió un problema dentro de la congregación en la que nosotros asistíamos, una situación con una familia y se dividió la iglesia.  

“Mi esposa y yo acudimos ayudar a nuestros amigos, a nuestros hermanos con los cuales convivimos y vivíamos en esta congregación. Nos reunimos en la cochera de mi casa aquí en Acatlán y ahí estuvimos sanando muchas cosas, hablando muchas cosas. Y dijimos: ‘mientras yo agarro equipo y mientras aparece otro representante de la congregación a la cual asistíamos’. Somos cristianos y me dijo mi esposa: ‘Aquí nos quedamos y esperamos’. Hasta el día de hoy, no ha llegado nadie después de 25 años (recuerda entre risas).

Noé Zárate durante su paso por Tigres (IMAGO)

“Lo más interesante que ese medio año, busqué a mi representante, le marcaba, no lo podía contactar. Lo llego a ver en el transcurso de ese medio año y le dije: ‘No me hablaste, estuve esperando tu llamada’. Me dice: ‘A ver Noé. Tengo tu teléfono. Te busqué por cielo, mar y tierra. Te llamé a tu teléfono, te hablé a tu Nextel. Te busqué de todas las maneras y no te pude encontrar. Ya te había encontrado equipo con Morelia’. Porque Tuca se había ido al Morelia.  

Mi esposa y yo determinamos y dijimos: ‘esto es de Dios’. Si no me encontró mi representante para seguir, no podemos dejar a esta gente aquí, bailando en nuestro pueblo. Ya había jugado lo que tenía que jugar, ya tenía 31 años. 

“Tomamos la decisión con mi esposa de ahora involucrarnos, comprometernos con la sociedad que era nuestro pueblo, aquí es donde tenemos la congregación en Acatlán de Juárez. Aquí es donde estamos ayudando a las personas y creo que de alguna manera vengo a regresarle, no solamente a mi pueblo el apoyo que me dio y a mi familia, sino a Dios. He sido agradecido y estoy a la disposición, así como yo fui ayudado en algún momento, creo que también me toca a mí el ayudar. 

¿Qué lo motivó a llevar ese estilo de vida más apegado a Dios? 

“Una etapa de la vida totalmente diferente, totalmente opuesta, aunque se requiere de lo mismo: compromisos, sacrificio, disciplina (…) Es ayudar gente, es hacer parte de esas demandas que te da la sociedad y uno como figura pública no puedes negarte. ¿Quién se imaginaría que un futbolista profesional puede ser pastor? Es incongruente y más los que sabemos lo que se mueve dentro de un ámbito de futbol, de todo lo que rodea el futbol.  

“No soy el mismo 25 o 30 años después. He cambiado, he madurado. Se ven las cosas de otra manera. Uno trata de transmitirlo no solamente a una generación de futbolistas, sino también a la familia en general. El cómo uno pasó por cosas, vivió cosas, experimentó cosas y uno quiere ahora, desde esta posición que tenemos, ayudar a los jóvenes matrimonios, a las personas en general”

¿A qué otra cosa se dedica Noé Zárate además de la iglesia? 

“Yo soy profesor académico en una escuela privada aquí en Jalisco, que tiene un colegio en donde imparto de Educación Física enfocada al futbol. Tengo también ese ese compromiso con la juventud de poderlos guiar de una u otra manera, aunque sabemos que tiene que ser laico”, concluyó el exjugador del Guadalajara.