Recientemente comparado con Kevin De Bruyne por parte de su entrenador, José Saturnino Cardozo, Alan Cervantes está viviendo un sueño atípico. Distinto a muchos colegas, el fútbol no fue su vía de escape a la pobreza ni su familia surgió de la mano de su carrera y su apellido es uno de los pesados en Guadalajara.

A regañadientes de su madre, quien prefería para él la natación o el tenis, empezó a practicar fútbol. La poca presión por ser profesional lo hizo llevar todo con calma. “Yo siempre vi el futbol como un pasatiempo, al principio solo quería divertirme, pero conforme pasó el tiempo me di cuenta que podía llegar a ser algo importante para mi vida y para mi carrera", dijo para ESPN.

Ya con el fútbol como carrera, su familia lo apoyó al 100 por ciento. Es por eso que no se olvidó de su fallecido padre en su gol frente a Rayados de Monterrey.  “Lo peor para mí ya pasó, fue el fallecimiento de mi papá, es una parte fundamental que me ha ayudado, que me ha servido para inspirarme, para motivarme y darle esa alegría a él que está desde allá arriba cuidándome".