En el entorno del futbol profesional, la preparación física es mucho más compleja que asistir a los entrenamientos del club. Los jugadores de élite han comprendido que complementar esas rutinas con trabajo individualizado fuera del equipo marca una diferencia clave.
Cristiano Ronaldo lo ha demostrado al invertir en un gimnasio en casa con tecnología avanzada, como crioterapia. Para él, entrenar con estrategia y precisión ha sido crucial para mantener su alto nivel competitivo.
Lionel Messi también ha seguido este enfoque. Durante el confinamiento por la pandemia, mientras el plantel del FC Barcelona entrenaba en campo, él eligió trabajar en el gimnasio del club como parte de un plan personalizado.
Jugadores como Lewandowski y Fernando Torres han hecho uso de gimnasios convencionales para cumplir sus planes de entrenamiento.
En México, opciones como Smart Fit se presentan como alternativas funcionales para quienes buscan mejorar su estado físico sin recurrir a entrenadores personales. Sus instalaciones ofrecen áreas de fuerza, cardio y entrenamiento funcional.
Por otro lado, laboratorios de rendimiento como los que ha utilizado Pedri en el Barça, permiten un seguimiento detallado de la condición física. Gracias a esta estrategia, el joven jugador superó problemas musculares recurrentes y logró una gran campaña.
Hoy, el rendimiento de un futbolista depende tanto del trabajo colectivo como de su compromiso personal fuera de la cancha.