Antonio Briseño, defensor de las Chivas de Guadalajara, hizo un repaso intenso de su trayectoria en una entrevista exclusiva con Telemundo, en el especial “Fútbol sin filtro”, en el que recordó sus triunfos con la selección mexicana de la categoría Sub-17 y el título mundial en 2011, un éxito que condicionó por completo su carrera.
La entrevista se inició con una fuerte declaración del central del Rebaño Sagrado en la que revela que “el fútbol te da golpes de realidad, cuando no has conseguidoganar nada, no has hecho nada. Fuiste campeón de Sub-17, que puedes decir es profesional pero entre comillas, porque sigue rozando la juventud y la novatez. Y eso me hizo sentir que ya estaba”.
El “Pollo” Briseño, quien este miércoles se encuentra festejando su cumpleaños 26, recordó durante el capítulo”una decisión: un balón o una moto”, sus inicios en el futbol y la pasión que compartía por las motocicletas, que le llevó a definirse por una de las disciplinas, comentó que “eso fue hasta los 12, cuando entro a las Fuerzas Básicas, ahí es cuando tengo que decidir, que me dicen: no puedes tener los dos, porque los partidos y las carreras son los fines de semana y un deporte es muy riesgoso que el otro. Creo que fue una decisión muy difícil para mi, para mi papá también, pero me fui con la decisión que más me gustaba y me apasionaba que era el futbol, que ni mi papá, ni nadie en la familia lo tenía, pero ese amor que tenía de jugar al futbol era algo que viene desde chiquito, lo tengo desde siempre”.
El zaguero rojiblanco, en el capítulo”el comienzo: una casualidad, una llamada”, rememora la manera como ingresa a las Fuerzas Básicas del Atlas. Pero en el episodio “un mundial de 17”, se confiesa por completo sobre cómo vivió esa Copa del Mundo Sub-17 de 2011 en México y en la que consiguió levantar el trofeo menor con el Tri.
Briseño revela, en la entrevista con Telemundo, que “una semana antes del Mundial tuve vómitos y diarrea, por los nervios, por la ansiedad y porque antes de la inauguración tuvimos un partido contra Francia en Veracruz a cuarenta y tantos grados en julio, jugué casi todo el partido, estaba que me desmayaba, me dio una deshidratación muy fuerte, que se combinó con los nervios, con la ansiedad y no me recuperaba y el Potro (Gutiérrez) me dijo: tranquilo, tu vas a jugar, te vas a recuperar y esa seguridad que me dio, uno o dos dias antes del partido estuve bien y jugué el primer partido contra Corea, bajé cuatro kilos antes de empezar el torneo y me fue muy bien“.
El defensor de Chivas agregó que Raúl Gutiérrez, entonces seleccionador mexicano Sub-17,”me dijo: mira, Briseño, este Mundial lo vas a jugar muy bien, porque sabes que a lo mejor como no estas al 100 % físicamente, estas jugando muy fácil, estas haciendo las cosas fácil y simple, sigue así y eso, me marcó muchísimo el Mundial, hacer las cosas fácil y sencillas, sin complicarnos, sin querer hacer más por ser un mundial, sino hacer lo que te corresponde y en la final fue lo mismo. Yo busqué mi gol todo el torneo, no lo conseguí pero nunca me preocupé, porque era jugar fácil y que el equipo ganara y cayó el gol, en un centro de (Carlos) Fierro la metí y fue algo que todo el mundo conoce, que ganabas el campeonato y no me lo creía, porque ya para ese entonces se hablaba de la selección, habíamos ganado dos partidos, habíamos hecho récord que la selección nunca había ganado tres partidos de grupo, nadie había llegado invicto, otra final del mundo en el Estadio Azteca y a pesar de todo eso, creo que nos mantuvimos serenos, porque faltaba un paso: ser campeón y eso nos hizo levantar la copa. Esa humildad, esa concentración, esa dedicación, ese enfoque sobre lo que queríamos, que no habíamos conseguido nada, fue lo que nos mantuvo ahí“.