Fernando Gago todavía no logra conseguir su primera victoria como entrenador de las Chivas de Guadalajara. Después de un empate ante Santos Laguna y una derrota frente a Tigres UANL, el Rebaño visitó a los Xolos de Tijuana y empató por 1-1, en un partido que comenzó perdiendo, pero que bien pudo ganar, ya que contó con numerosas ocasiones de gol para llevarse los tres puntos.
La efectividad está siendo el gran problema de Chivas en este comienzo del Clausura 2024, ya que en partidos anteriores también se crearon situaciones de peligro, pero no fueron bien resueltas. No obstante, desde la pizarra, Gago también ha tenido aciertos y errores en el último partido frente a los Xolos, por la Jornada 3. Aquí repasamos la gestión de campo del entrenador argentino.
El plan de juego no fue acertado
Aunque Chivas tiene una idea asociativa y que contempla mucha tenencia de balón, el campo de juego del Estadio Caliente no ayudaba a ese plan de juego . Hubo muchas imprecisiones no forzadas y muy pocas aproximaciones al arco rival, mientras que los Xolos simplificaban su propuesta con mucho juego directo, transiciones rápidas y casi todos sus avances por el lado izquierdo de la defensa rojiblanca. Al plan le faltaron matices para saber cuándo convenía jugar en largo. De hecho, así llegó la única chance clara, con un envío directo al Piojo Alvarado, que luego no pudo convertir de cabeza.
Posiciones del “Nene” Beltrán y “Pocho” Guzmán
Otra decisión de Gago que no ayudó al equipo fue la posición de sus interiores. Fernando Beltrán jugó por izquierda y Víctor Guzmán por derecha, cuando parece claro que el “Nene” se asocia mucho mejor con Roberto Alvarado y Alan Mozo. Al margen de las posiciones, otra vez se vio al “Pocho” falto de ritmo y sin poder gravitar en el juego. Lo mejor sería verlo pisando el área, pues es uno de los mejores rematadores que tiene el equipo.
Buena lectura con las sustituciones
Después de una primera mitad muy mala de Chivas, Gago no se tardó en reaccionar y mandó tres cambios en el entretiempo. Los ingresos de José Castillo, Rubén González y Cade Cowell significaron una mejora en cada línea del campo. Mientras el nuevo fichaje hizo olvidar los problemas en la marca que tuvo Mateo Chávez, el “Oso” dio mayor equilibrio, ganó divididas y permitió que se soltase Érick Gutiérrez, importante en la distribución y más entero en lo físico que el “Pocho”.
Por su parte, Cowell representó una mayor amenaza en comparación con Macías. El mexicoamericano cuenta con una gran velocidad para atacar al espacio, le permite ganar metros al equipo y también se asocia más con el “Piojo” Alvarado. Le falta el gol , pero el flamante fichaje parece hacer méritos para ganarse la titularidad, pues con él en cancha se crea mucho más peligro.
“Piojo” Alvarado por dentro
Otro de los problemas que afectó a Chivas en la primera mitad fue la rigidez posicional . El 4-3-3 no dio resultados y una de las víctimas fue Roberto Alvarad o, quien lleva un tiempo sintiéndose algo atado en la banda derecha. Con las modificaciones, el “Piojo” se soltó más hacia dentro, pudo juntarse con Cowell y le dejó la banda a Alan Mozo. El hábil zurdo rojiblanco logró tener más contactos con el balón en zonas de peligro y además del gol, remató en varias oportunidades más , aunque sin precisión.
Los roles de Jósé Castillo y “Oso” González
Aunque en silencio, los aportes de Castillo y “Oso” González fueron importantes para que Chivas pueda defender mejor antes de pensar en el ataque. El defensor proveniente de los Tuzos estuvo más contenido que Mateo Chávez, quien por momentos pisaba su posición con Pavel Pérez. Por momentos fue un tercer central, aunque también se proyectó y estuvo cerca del gol. En su defecto, el que se quedaba en defensa era el “Oso” González, cerca de los centrales y dándole superioridad numérica al Rebaño en esa zona del campo.