Tres años menor que el número 10 de Chivas, el chavo juega en el Sub-20 y sueña con jugar en el primer equipo junto a su hermano.
Javier Eduardo López no es el único talentoso de su familia. Su hermano Brayam, tres años menor, juega en el equipo Sub-20 del Chivas y lo hace en la misma posición que la Chofis, aunque su pierna más hábil es la derecha.
Lejos de pesarle, al joven de 19 años le gusta que le comparen con su hermano ya que él lo toma como un ejemplo a seguir.
Para mí es una motivación que me comparen con mi hermano
“Para mí es una motivación que me comparen con mi hermano, ¿a quién no le gusta que lo comparen con una figura?, trato de seguir sus pasos, tenemos parecido en la forma de jugar, lo hacemos en la misma zona el campo, sólo que él es zurdo y yo derecho, los dos atacamos mucho. El poder palpar de manera tan cercana el sueño de estar en primera división gracias al contacto con mi hermano me hace ser perseverante, eso es lo que te da para llegar. Él me ha dicho que nunca debo darme por vencido, no cualquiera ha salido adelante como yo lo he hecho, entonces tengo que echarle ganas, cuidar mi alimentación, en cada entrenamiento dar mi máximo esfuerzo. Me encantaría que algún día podamos jugar juntos con el primer equipo de Chivas”, dijo en entrevista con el portal oficial del club.
Dos lesiones consecutivas en sus rodilla casi le cuestan la carrera, pero nunca se dio por vencido y gracias al apoyo de su familia logró salir adelante.
“Mi proceso ha sido muy complicado, después de una gira por China, casi a mitad del torneo local tuve una lesión en el ligamento cruzado de la rodilla derecha que me impidió seguir; mi rehabilitación fue muy dura, dolorosa, tarde siete meses en recuperarme y en la semana que me iban a dar de alta lamentablemente sufrí la misma lesión en la otra rodilla, eso me pegó muy fuerte en el ánimo, me acuerdo que cuando me dieron la noticia lloré, no sabía como decirle a mi mamá y a mi hermano, porque fue un golpe duro para todos”, relató.
Ya no veo esto como un pasatiempo, es mi profesión, mi futuro
“Estaba muy abatido, pero mi hermano, mi mamá y los psicólogos de Chivas me ayudaron mucho, todos me dijeron que no iba a ser fácil, pero que me apoyarían si decidía quedarme o ya no jugar. Eduardo ha batallado con muchas cosas y ha salido adelante, es un gran ejemplo para mí. Me puse la meta de jugar de nuevo, nunca me di por vencido y después de un año estoy de vuelta. Ya no veo esto como un pasatiempo, es mi profesión, mi futuro, regresé con mucha confianza y eso me va a dar para conseguir lo que quiero”, añadió.
Para cerrar, Brayam habló sobre sus inicios en el futbol en Torreón y contó cómo se dio su llegada a Guadalajara.
“Empecé a jugar a los ocho años, siempre con mi hermano, lo hacíamos en la calle, en la escuela, él me ponía de portero, a mí me gustaba, salíamos a divertirnos con el balón todo el tiempo y ahí comenzó la historia. Entré a un equipo que se llamaba Cruzeiro Torreón, ya era más formal, entrenábamos dos veces a la semana y el fin de semana jugábamos en una liga municipal, ahí estuve como seis años; después, cuando tenía 15 Cecifut se fijó en mí y ahí duré tres años”, explicó.
“El ‘Güero’ Real me vio en una visoría y él me trajo para acá; una semana después me pidieron mi pasaporte para hacer una gira por China, no lo tenía y recuerdo que hice hasta lo imposible para conseguirlo. A Chivas llegué exactamente a los 18 años, lo recuerdo bien porque el día de mi cumpleaños firmé mi contrato, ese fue un gran regalo que me dieron y la Sub 20 fue mi primer equipo en esta gran institución, en la que quiero llegar a lo más alto”, concluyó.