En el futbol como en la vida, las cosas no siempre salen como uno las planea y este jugador es el claro ejemplo de ello, ya que llegó a Chivas porque en su club ya no lo querían por un percance con un compañero, pero terminó convirtiéndose en un histórico del Rebaño.
Jair García tuvo sus comienzos en el equipo de Monterrey, en donde en un entrenamiento fue blanco de algunas patadas de los jugadores del primer equipo, por lo que desató un conato de bronca con Guillermo Rivarola, siendo separado del equipo regiomontano y negociado en el draft sin que él se enterara.
“Es un poco chusco mi llegada al Rebaño. No me enorgullezco de lo sucedido, estaba en Coyotes de Saltillo y nos mandan llamar a varios jugadores a hacer interescuadras contra Rayados, el entrenador era Benito Floro. Empieza el partido y sabíamos que antes pues era muy difícil estar ahí y los de Primera División le pegaban mucho a los chavos y había que aguantar vara. Yo tuve un altercado ahí con Rivarola y pues me sacaron del entrenamiento.
“La noticia (de su salida de Rayados) yo la recibo estando acostado, yo vivía en Monterrey. Antes el draft salía en televisión, estoy viendo el draft y empiezan a aparecer varios jugadores que iban a Chivas, con los cuales yo me juntaba, me llevaba con ellos y de repente sale mi nombre también: De Rayados a Chivas“, recordó en entrevista exclusiva con Rebaño Pasión.
Ya estando en el Guadalajara, García Gamboa se enteró que la directiva rojiblanca no tenía intención de sumarlo a su disciplina, sino que solamente querían a los otros dos jugadores, pero Monterrey los obligó a llevarse a los tres; sin embargo, curiosamente el delantero fue el único que logró convencer y quedarse en el redil, tras hacer válida su opción de compra.
“Ya estando ahí en Guadalajara me entero que la situación era que Chivas sí quería a estos dos compañeros, pero a mí no. Monterrey le dijo: ‘A los tres o a ninguno’ y ahí voy en paquete, cada quien, con su opción de compra. Gracias a Dios, al año me compran a mí y ahí empieza mi carrera en Guadalajara”, explicó el atacante.
Comienzo difícil: no lo usaban como delantero
“En las primeras ocasiones recuerdo que me mandaban mucho jugar a Chivas Tijuana, me ponían de volante por izquierda, yo siendo delantero. Ya estaba en un equipo grande y quería quería jugar y hacía mi esfuerzo de volante por izquierda. Fue hasta que llega Óscar Ruggeri, que fue el que me da la oportunidad.
“Llegó e hizo un interescuadras y me meten de volante por izquierda. Entonces, le digo a su auxiliar: ‘Dile a Ruggeri que yo soy delantero, que me meta de delantero’. Y en el segundo tiempo me mete delantero, me toca hacer gol en el interescuadras y pues a la banca el primer fin de semana contra Tecos. Íbamos perdiendo 1-0, me toca entrar y me toca hacer el gol de del empate. A partir de ahí, empiezo a jugar más seguido y es cuando decide Chivas pues hacer válida la opción de compra”, recordó.
La historia del gol 3 mil de Chivas
“Nos avisan que ya iba a caer el gol 3 mil, que nos pusiéramos trucha, a ver a quién le tocaba. A final de cuentas, lo importante es que ganara el equipo. Esa vez en Colibrís, me acuerdo que había un penal, no recuerdo si lo iba a tirar Ramón Morales o lo iba a tirar Omar Bravo, pero iba a caer de un penal.
“Entonces el bandera dice: ‘No, no hay penal’ y sigue el partido. De hecho, en la imagen, aparece ya Miguel Sabah, me parece que va a entrar Moctezuma y yo estaba ya destinado a salir. Entonces fue un momento que me dijo Dios: ‘te va a tocar a ti estar en los en los libros del Guadalajara’ y me tocó hacer ese ese gol.
“Lo que quería hacer era un control hacia abajo, al momento que me queda la pelota arriba y pues gracias a Dios salió el ángulo y salió bonito el gol. Ya teníamos playeras, teníamos una máscara para ponérsela para quien lo anotara. En el festejo se ve que no me quiero poner la máscara, porque ya tenía amarilla, entonces ya no quería ponérmela por la amarilla ni la playera y pero teníamos todo un un buen show para hacer ahí”, concluyó el delantero.