Las Chivas del Guadalajara tienen una tradición muy marcada en su historia que es no jugar con futbolistas extranjeros, por lo cual han habido muchos comentarios a favor y en contra, sobretodo por las nuevas generaciones que apoyan al Rebaño Sagrado, sin embargo es un tema que por cuestión de estatutos al interior del Club Guadalajara no se puede modificar.

Aunque el Rebaño Sagrado fue fundado como el Club Unión en 1908 por franceses, belgas, suizos y mexicanos que radicaban en la Perla Tapatía, poco a poco las Chivas del Guadalajara fueron perdiendo elementos extranjeros hasta la campaña 1926-1927, cuando el futbol mexicano todavía no era considerado profesional. 

En aquella temporada jugó el último extranjero en las Chivas del Guadalajara y se trató del francés Enrique Pellat, según Joel González, estadístico y autor de los libros “Leyendas del Guadalajara”.

A partir de ese momento el Rebaño Sagrado decidió no volver a tener en sus filas a elementos que no sean nacidos en México o que no sean hijos de padres mexicanos. Y a pesar de que hay algunos casos de jugadores que no nacieron en el país, cuentan con el pasaporte nacional que les permite vestirse en la camiseta rojiblanca. 

Jorge Vergara fortaleció la tradición de "solo mexicanos" 

Cuando Jorge Vergara adquirió el Club Guadalajara en el 2002 aseguró que su única intención era demostrar la calidad de los jugadores mexicanos, por lo cual, no hay una sola razón para pensar que en el futuro reciente exista una mínima posibilidad de que haya extranjeros en Chivas. 

En este sentido, los estatutos institucionales se han arraigado cada vez más, con todo y que existen críticas en algún sector del futbol mexicano, argumentando que a las Chivas de Guadalajara se les tiene más consideración que a los demás clubes porque no cuentan con la facilidad de contratar el talento de los extranjeros, pero es una realidad que su tradición e historia, convergen para que sus seguidores se sientan más identificados.