Tal parece que la necesidad en Chivas tiene cara de hereje, y es que con el fantasma del descenso tocándole la puerta, se ha visto obligado a romper con uno de sus protocolos históricos en la era de Jorge Vergara a la hora de fichar jugadores: buscar en los archirrivales, América y Atlas.

Si bien, en menor medida, se generó discusión con el fichaje del defensor Antonio Briseño, quien hizo sus fuerzas básicas en los rojinegros, la situación se tornó color de hormiga con la incorporación del delantero Oribe Peralta, símbolo en el último lustro de los azulcremas.

Aunque el presidente Amaury Vergara se defendió de las críticas, argumentando que "pudo haber lastimado el orgullo del aficionado rojiblanco, pero es responsabilidad de Oribe y nuestra como directiva y equipo, demostrar que hicimos una contratación inteligente".

Aunque esta situación no es nueva en el Rebaño Sagrado, ya que en la pasada temporada se sumó Jesús Molina, quien tuvo pasado por Coapa y que ahora, incluso, será el próximo capitán del equipo rojiblanco.