Las Chivas de Guadalajara le han dado fama y fortuna a muchos jugadores que surgieron de la cantera como Jonny Magallón, un zaguero de gran talento que mostró un gran rendimiento al grado de ser mundialista y haber dejado sus mejores años como futbolista en el equipo rojiblanco.
El exdefensa del Rebaño Sagrado explicó algunos de los complicados momentos que viven los futbolistas cuando tienen el dinero para buscar negocios y terminan con las manos vacías por la falta de visión y sobretodo, de tiempo suficiente para que conocer los requerimientos que se necesitan en determinada empresa.
“La peor inversión es intentar, sin conocimiento, este par de restaurantes. Uno fue en Estados Unidos y otro en León. El de Estados Unidos mi amigo ya tiene sucursales encaminadas y mi amigo quiso poner uno donde creyó que podía pegar y le fallamos. Al pueblo era uno que en invierno se iba mucha gente de allí y caminó unos meses y otros no”.
“En León no se hizo un estudio de mercado y ahí no íbamos mal, pero terminé saliendo de León, me fui a Argentina y los tiempos no se acomodaron. El otro socio estaba en el equipo y el otro tiene una empresa de suelas y ninguno de los tres tenía el tiempo suficiente. Pierdes mucho y no te quedas conforme, esas fueron las peores inversiones”, apuntó Magallón en el podcast Capitán Financiero que conduce Oswaldo Alanís.
Magallón no gastaba en autos
Magallón fue campeón con Guadalajara en el Apertura 2006 bajo el mando de José Manuel de la Torre, justo cuando apenas llevaba un año de haber debutado en el primer equipo, por lo que sus ganancias aún no eran las de un futbolista consolidado, lo cual lo llevó a mantenerse de perfil bajo con un auto que el propio Club Guadalajara le obsequió.
“Lo de los autos es bien importante, del 2005 al 2009, que ya casi me iba al Mundial, duré con el Jetta que me regalaron en Chivas y todos mis compañeros ya traían sus Audi, BMW y me decían ‘¿cuándo vas a cambiar?’. Y compré una casa, otra en mi pueblo, un terreno en Ocotlán para una casa de campo para la familia y a mí el carro no me importaba, con que me moviera y ya en 2009 compré mi primer carro de agencia, duré cuatro años con él, lo vendí y todavía tengo el que cambié en el 2013”, apuntó Magallón.