Si alguien puede hablar de cómo se formó un equipo triunfador en la década de los 90 en las Chivas de Guadalajara es Claudio Suárez, el zaguero central llegó desde los Pumas de la UNAM con la única finalidad de aportar sus grandes cualidades para ser parte del equipo que se proclamó campeón en 1997.
Claudio Suárez llegó en 1996 al Rebaño Sagrado como parte de las Súperchivas que se quedaron en la orilla de pelear por lo más alto del futbol mexicano, pero fue un año más tarde que el Tuca Ferretti armó un plantel experimentando con varios jóvenes canteranos que dieron el éxito esperado derrotando en la Final a los Toros Neza.
Claudio Suárez recuerda la clave del éxito en Chivas
“Lo que pasa es que querías ir a Chivas, aparte de ser de los más populares, te pagaban muy bien, el equipo peleaba títulos, por eso todos querían ir a Chivas y a América. Hoy en día siguen pagando bien, pero la presión los termina comiendo (a los jugadores), y creo que viene desde la cabeza. Teníamos una directiva que no se metía tanto en el aspecto deportivo y el entrenador era el Tuca Ferretti que era el que controlaba todo, que había un cierto problema porque el equipo estaba rentado a una promotora y junto con el Club Guadalajara había conflicto, pero sí se producían jugadores”.
“Hoy en día como que no hay un cabeza, no hay un proyecto, llevaron a Fernando Hierro, traen técnicos, ponen, quitan y ahorita no sabemos a qué técnico van a poner, ni si van a seguir algunos jugadores o no. Cuando llega Jorge Vergara inyectó mucho dinero, pero el equipo dio un bajón porque no tenía conocimiento, la realidad, del futbol mexicano, él quería manejar el equipo como una empresa. Jorge Vergara decía que los jugadores tenían que trabajar ocho horas como cualquier empleado”, fue parte de lo que recordó Claudio Suárez en entrevista con Fox Sports.
El Emperador jugó con el Rebaño hasta el 2000 cuando se fue a los Tigres de la UANL, luego de haber sido campeón y haber disputado la Final en 1998 que perdieron con Necaxa en el Estadio Jalisco, pero la realidad es que siempre estuvo en un gran nivel que le permitió mantenerse como un emblema en la Selección Mexicana, por ello jugó el Mundial de Francia en 1998.