El nombre de Octavio “El Centavo” Muciño sigue vivo en la memoria de la afición tapatía a pesar de que su paso por las Chivas de Guadalajara fue breve. Llegó al Rebaño tras consolidarse como figura en Cruz Azul, pero en apenas un año logró ganarse el cariño de la afición rojiblanca. Su talento goleador quedó grabado en la historia.

Para su hijo, Octavio Mauricio Muciño Valdez, la relación con Chivas también tiene un significado especial. “Mi sentimiento con Chivas es de agradecimiento total, porque mi papá solamente estuvo un año en Chivas y cayó muy bien. En esa temporada llegó después de la jornada 7 y logró hacer 15 goles. Marcó gol en siete partidos consecutivos, entonces la afición de allá lo quiere mucho, le tiene un gran aprecio, y yo estoy súper agradecido con Chivas”, relató en entrevista con Diario Esto.

(Créditos: SoydeChivas)

Pero la historia de Muciño no se limita a sus goles y celebraciones. El 3 de junio de 1974, tras un altercado en un restaurante de Guadalajara, fue asesinado por Jaime Muldoon Barreto, un hombre de dinero y poder en Jalisco que nunca enfrentó la justicia. Su hijo recuerda los hechos con dolor, pero también con la claridad de quien ha buscado reconstruir la verdad con el paso de los años.

“Él llega al restaurante con algunos amigos, y en esa mesa estaba esta persona que hizo cobardemente el asesinato a mi padre… Cuando él sale del lugar y se da cuenta que está ahí, mi padre quiso hacer las paces, para que todo estuviera normal, pero lo recibió con una pistola, de la cual le mete tres balazos… el impacto letal fue en la cabeza”, detalló Muciño Valdez en esa misma entrevista.

El recuerdo de Octavio Mauricio Muciño Valdez

Luego de la muerte de Muciño, su hijo quedó al cuidado de los abuelos paternos en Ciudad Cooperativa Cruz Azul, creciendo entre recuerdos de su padre y la pasión por el futbol. “Aunque no pude convivir con él, sí siento que tengo una cercanía a diario.Lo recuerdo todos los días y está presente en mi vida con todos los recortes que tengo. Pienso mucho en él, trato de seguir sus pasos, de ser una persona leal, honesta, trabajadora”.

Hoy, medio siglo después de aquel trágico 3 de junio de 1974, el paso de Octavio Muciño por Chivas sigue siendo recordado con cariño y nostalgia. Su historia combina el brillo de un talento extraordinario con la sombra de un final injusto, convirtiéndolo en un ícono del futbol mexicano que trasciende generaciones y equipos.