La llegada de Gabriel Milito a las Chivas de Guadalajara abrió un nuevo ciclo en el Rebaño Sagrado, con un enfoque futbolístico claro y ambicioso. Fiel a su ideología, el entrenador argentino buscará que su equipo proponga, tenga la pelota y salga jugando desde el fondo con criterio.
En ese modelo, los porteros cumplen un rol mucho más amplio que el de atajar: deben ser parte activa de la construcción de juego. Por eso, uno de los temas que podría redefinirse en esta pretemporada es la situación de Óscar Whalley, quien hasta hace semanas parecía tener un pie fuera del club.
Whalley nunca logró consolidarse durante sus primeros dos años en Chivas, a tal punto de que ni debutó en Liga MX, por lo que su salida se daba casi por hecha. Sin embargo, el perfil que Milito busca para sus arqueros podría reabrirle las puertas. El español tiene una buena capacidad técnica con los pies, un aspecto que el nuevo DT considera prioritario.
En sus experiencias previas, tanto en Argentinos Juniors como en Atlético Mineiro, Milito siempre buscó que sus arqueros pudieran ofrecer soluciones con el balón. El argentino intenta que estos tengan precisión en el pase corto, visión para encontrar al compañero libre y templanza para jugar bajo presión.
En su sistema, muchas veces el portero es el primer pase limpio, siendo el encargado de desactivar la presión e interpretar los marcajes rivales para saber dónde jugar. Y si bien Whalley no es un especialista, sí que ha mostrado interesantes cualidades técnicas cuando le tocó jugar.
¿Y el Dragón García?
Del otro lado de la interna aparece Eduardo García, joven portero formado en las Fuerzas Básicas. El Dragón está bien valorado dentro de la institución y llegó a tener minutos el torneo pasado, en ausencia del Tala Rangel. Sin embargo, en caso de que Whalley continuara, no se descartaría que el canterano pudiera salir a préstamo para tener más minutos.