Las Chivas de Guadalajara nuevamente se enfrentaron a su peor realidad. La salida de Víctor Guzmán a Pachuca no solo representa la decepción de dejar ir a uno de sus máximos activos, sino la cantidad de dinero que quedará en el aire sin que haya sido bien aprovechada con los resultados que requiere el equipo rojiblanco.
El Rebaño Sagrado hizo oficial el regreso del Pocho Guzmán a Pachuca y con ello una dolorosa pérdida no solo deportiva, sino económica para una directiva que tampoco suele realizar fuertes inversiones. Pero basta recordar que el sueldo del volante era de los más altos en la plantilla tapatía.
Fue en el 2022 cuando Chivas negoció con Pachuca la llegada de Víctor Guzmán, valuado en ese entonces en ocho millones de dólares. En la negociación también se incluyó la carta de Jesús Angulo, quien fue a León, pero más tarde se uniría a las filas de Toluca, donde hoy presume el campeonato del Clausura 2025.
En este sentido, Guadalajara únicamente habría pagado tres millones de dólares directos a las arcas de los Tuzos por el Pocho. Sin embargo, ahora lo cedieron a préstamo con opción a compra en caso de que cumpla con los objetivos establecidos por la directiva y el cuerpo técnico encabezado por Jaime Lozano, aunque claramente no lo venderán por más de esos ocho millones que les costó.
Chivas se deshace del sueldazo del Pocho
La única ventaja que en este momento se puede considerar para el Rebaño es que no tendrá que pagar el enorme sueldo que percibía mensualmente Víctor Guzmán, quien rondaba los dos millones de dólares anuales. Y estaba claro que la dirigencia no pretendía seguir desperdiciando un elevado salario por un futbolista que suma un año en el limbo.
En su primera campaña con los rojiblancos, Pocho marcó siete tantos y le alcanzó para convertirse en el capitán justo en el torneo donde disputaron la final ante los Tigres de la UANL. En total jugó 76 partidos, marcó 17 tantos y siete asistencias.