Almeyda se la jugó por el joven ariete en Chiapas pero dio la sensación de que aún no está para el primer equipo.

Cuando apenas iban 13 minutos del segundo tiempo en el Zoque, Matías Almeyda sorprendió con la inclusión de Marco Granados por el -otra vez- estático Omar Bravo. Sin embargo, en esa media hora en la que estuvo el joven en el campo de juego no logró desnivelar ni darle frescura al ataque rojiblanco. Con la ventaja en el marcador y el rival adelantado, daba la sensación de que la velocidad y la potencia del ariete podría complicar a la defensa rival pero nada de eso ocurrió.

Hasta a veces se lo vio a Granados falto de confianza y demasiado débil para aguantar el balón ante la envestida de los defensores locales. En síntesis, con esta crisis del equipo y en medio de los cuestionamientos no parece el contexto ideal para ver en la cancha a Granados, alguien con mucho futuro pero aún con poco roce en Primera y se nota. De cualquiera manera, el crédito permanece abierto para una de las promesas del Guadalajara.

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El gol de Cisneros en Chiapas:

Y entró Marco…