Jesús Ramón Ramírez Ceseña, legendario mediocampista de las Chivas de Guadalajara, es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes jugadores que ha tenido el Rebaño Sagrado y la Selección de México a lo largo de su amplia y rica historia. Talentoso como pocos, pícaro de inigualables capacidades, zurdo virtuoso poseedor de una técnica depurada que maravilló a propios y extraños. Un arquetipo del jugador mexicano.

El centrocampista zurdo nació el 5 de diciembre de 1969 en Tepic, Nayarit. Pese a que su debut como profesional se dio en el Club “Coras” de la Segunda División del balompié azteca, y que jugó en varias instituciones de la Liga MX, su nombre y, sobre todo, su leyenda está directamente ligada a la historia grande de las Chivas de Guadalajara , siendo uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos en vestir la playera del Rebaño Sagrado.

(Foto: Jam Media)

A tal punto su carrera deportiva está directamente ligada a las Chivas de Guadalajara que su debut en Primera División, con la casaca del Santos Laguna, fue enfrentando al Rebaño Sagrado , marcándole, incluso, un gol en el proceso. Cómo serán las cosas del destino, que lamentablemente, y cuando se estaba convirtiéndo en referente del Lagunero, sufrió una lesión que lo dejaría inactivo por varios meses, aunque no impediría llevar al Santos a su primera final, la cual perdieron ante los Tecos.

En 1994 fue fichado por las Chivas de Guadalajara, y comenzaba la leyenda. Integró un equipo en el que rápidamente se volvería figura e ídolo, que dislumbraba a la afición. En el Verano 97, junto a jugadores como Alberto Coyote, Gustavo “El Gusano” Nápoles, Noé Zarate, “El Tilón” Chávez, Claudio Suárez, Joel Sánchez, Martín “El Pulpo” Zúñiga, Manuel Martínez, Camilo Romero y Felipe de Jesús Robles, todos ellos dirigidos Ricardo El Tuca Ferretti, lograron llevar a la Chivas de Guadalajara a la obtención de su décimo título de liga, ganándole en la final, y por marcador global de 6-1, a los míticos Toros Neza.

(Foto: Jam Media)

Sin embargo, y cuando todo indicaba que el jugador se quedaría por mucho tiempo, la directiva de ese entonces, comandada por Salvador Martínez Garza, lo transferiría en contra de su voluntad al América. Pese a todo, su amor por el Rebaño Sagrado sería más fuerte y, luego de pasar también por Tigres, regresaría en 2002 para liderar al equipo que obtuvo el subcampeonato ante Pumas UNAM en el 2004. Su retiro del futbol también estuvo ligado a las Chivas, pero de Estados Unidos, disputando la MLS entre 2005 y 2007, año en el que abandonaría los campos de juego.

Un hombre que brindó muchas alegrías, no solamente a los aficionados de las Chivas de Guadalajara, sino también de todo México. La Selección fue, junto al Rebaño Sagrado, uno de sus más grandes amores. Entre los palmarés internacionales, se encuentran la Copa Oro de la Concacaf en tres oportunidades, 1993, 1996 y 1998, y la Copa Confederaciones de la FIFA, uno de los trofeos más importantes de la historia del balompié azteca, en 1999.

(Foto: Getty Images)

En cuanto a estadísticas, disputó 257 partidos y marcó 31 goles con la playera de las Chivas de Guadalajara en sus dos períodos en la institución tapatía. A nivel clubes, si sumamos el resto de los equipos donde participó, la cifra se extiende a 522 encuentros y 52 tantos. Respecto a la selección, es para resaltar su participación en los mundiales de 1994 y 1998.

Ramón. Una persona que le dió alegrías a Chivas y a todo México. Uno de los selectos jugadores en jugar más de 100 partidos con la Selección. Una de las leyendas más recordadas del Club Deportivo Guadalajara. Un defensor de la pasión del Rebaño Sagrado.