Las Chivas fueron eliminadas del torneo Clausura 2024 de la Liga MX luego de caer en el partido de Vuelta de las Semifinales ante el América. Las Águilas pudieron imponerse gracias a un polémico gol de Israel Reyes, mismo que más allá de que provenía de una falta señalada de forma rigurosa y se produjo con una infracción incluida de Igor Lichnovsky, pudo haberse evitado.
Y es que Guadalajara se fue con todo al frente desde los primeros minutos de juego. De hecho, apenas a los 13 minutos de acción, en una jugada al ataque del Rebaño Sagrado, el propio Lichnovsky no se habló con Luis Ángel Malagón y el defensa chileno rechazó con la cabeza una pelota que se elevó demasiado y le cayó al Piojo Alvarado.
Gol que no fue de Piojo, pudo cambiar el juego
El prodigioso atacante midió la parábola del balón y no se la pensó dos veces para prenderlo de aire y mandar una volea con todo el empeine del pie derecho, misma que parecía que sería un golazo. Sin embargo, la esférica reventó el travesaño y el chiverío ahogó su grito de gol en un momento que habría cambiado todo.
El tiempo transcurrió, el técnico Fernando Gago no aguantó más que su equipo no marcara y a los quince minutos del segundo tiempo sacó al capitán Pocho Guzmán, para darle entrada a Chicarito Hernández con una hora cumplida de tiempo corrido en el encuentro. Dice el librito de los expertos que en pelota parada no se debe mover la alineación y Gago sufrió los estragos de desestimar las antiguas escrituras del fútbol.
Este fue el grave error de Fernando Gago
Precisamente en ese momento, fue que llegó el gol del América. Al minuto 61, un centro al área tras una polémica falta, fue primero cabeceado por Lichnovsky quien abrazó así marcador pero no se revisó la jugada en el VAR; la pelota extendió su viaje dramáticamente y encontró la cabeza de Israel Reyes, quien conectó para vencer al Tala Rangel y poner el 1-0 a favor del América.
A partir de ahí, Guadalajara se desmoronó moralmente y cavó su propia tumba en la siguiente media hora de juego, con una actitud derrotista producto de la frustración de no poder marcar gol en tres de los cuatro partidos disputados de una Liguilla que será recordada para la posteridad, al haber sido eliminado por el más odiado enemigo apenas un año después de haber hecho lo propio.