Diego Armando Maradona marcó un antes y un después en la historia del futbol con su goles, campeonatos y declaraciones. Debido a esto, jugadores y aficionados se identifican con él. A pesar de esto, son pocos los futbolistas que lo enamoraron por su forma de jugar y que recibieron su bendición. Actualmente uno de ellos se encuentra en Chivas y se trata de Federico Insúa.
Como se sabe la mayoría de las veces el dorsal 10 la portan aquellos futbolistas que marcan la diferencia en los partidos más importantes. Son futbolistas que dan un extra en los clásicos o definiciones de campeonato como Gustavo Nápoles, Marco Fabián, Luis García, Alberto Medina y hasta el propio Alexis Vega o la Chofis López.
Tal era el caso de Federico Insúa que se desempeñaba como enganche, tenía una pegada formidable y dejaba tirado a cualquier tipo de jugador, por lo que la 10 era suyo. Su mejor momento lo vivió en Boca Junior cuando fue dirigido por Alfio Basile y logró ganar dos Ligas, una Copa Sudamericana y una Recopa Sudamericana.
Su llegada al club Xeneize se da en 2005 con la tarea de ocupar el puesto que dos años antes lo había ocupado Juan Román Riquelme. Sin embargo, su arribo al conjunto Azul y Oro se dio con el respaldo de un tal Diego Armando Maradona. “Cuando Román estuvo por primera vez a punto de irse, Diego dijo que le gustaría verme en Boca, pero al final todo quedó ahí”, comentó el actual auxiliar de Fernando Gago en 2005 a El Gráfico.
El recordado astro argentino llegó a ser manager de Boca y lo llevó para darle ese toque creativo en los últimos metros al equipo del Coco Basile. Su debilidad por el Pocho Insúa era tan grande que cuando fue entrenador de la Selección Argentina lo convocó aun partido clave ante Perú por las Eliminatorias de la Conmebol y asistió a Martín Palermo para anotar el 2-1 final en una Ciudad de Buenos Aires que era el epicentro de una gran tormenta.
“Varias veces me llamó por teléfono y la verdad, es una sensación bárbara. No se puede explicar…”, comentó Federico Insúa, el hombre que, al igual que Lionel Messi, era una de las grandes debilidades de Diego Armando Maradona.