En una institución donde torneo tras torneo se reconfigura la plantilla, Fernando González aparece como una de las constantes silenciosas dentro de las Chivas de Guadalajara. Sin grandes reflectores ni etiqueta de futbolista lujoso, el contención rojiblanco ha sabido mantenerse como un jugador útil capaz de “sobrevivir” a los cambios de entrenadores y mercados de fichajes.
Desde su regreso al Rebaño Sagrado, el Oso casi siempre partió desde atrás en la consideración de los distintos entrenadores. La competencia interna ha sido intensa y torneo tras torneo, futbolistas como Fernando Beltrán y Víctor Guzmán acapararon el protagonismo en la mitad de la cancha. Más tarde incluso llegó Érick Gutiérrez desde Europa, con cartel internacional y la expectativa de convertirse en el eje del mediocampo.
Sin embargo, el tiempo y las decisiones deportivas fueron marcando otro camino: Beltrán terminó saliendo del club por decisión de la directiva, después de varios torneos siendo indiscutido pero sin lograr ser realmente diferencial. El Pocho Guzmán también bajó mucho su nivel y dejó de ser pieza central, hasta que se resolvió su salida a préstamo al Pachuca. Ahora es Érick Gutiérrez quien de cara al Clausura 2026, no entra en los planes del nuevo proyecto.
En ese contexto, Fernando González volvió a imponerse desde un rol menos vistoso pero fundamental. Su capacidad para equilibrar al equipo, corregir desajustes defensivos y sostener el orden táctico le permitió ganar terreno cada vez que Chivas necesitó estabilidad. De hecho, el ejemplo más concreto se dio con Gabriel Milito, quien al principio prácticamente no le dio minutos, pero una vez le confió la titularidad no volvió a quitarlo del equipo.
Fernando González sería uno de los capitanes de Chivas
Hoy, en la antesala del Clausura 2026, el Oso González no solo es uno de los jugadores con mayor antigüedad en la institución, sino que también aparece como un referente interno del plantel y posiblemente sea uno de los capitanes. Su perfil encaja en la idea de un equipo más equilibrado y competitivo, al punto de perfilarse como una opción real para mantenerse en el once titular. Así, el “Oso” vuelve a confirmar una tendencia que se repite en su carrera: empezar desde atrás y terminar quedándose, cuando otros nombres quedan en el camino.
