José Pablo Tostado parecía tener un gran destino en el futbol mexicano. Campeón del Mundo con la Selección Sub-17 en 2011, su nombre prometía brillar en Primera División con la playera de las Chivas de Guadalajara. Sin embargo, lo que parecía ser el inicio de una carrera exitosa se vio truncado apenas dos meses después de su ascenso al primer equipo, cuando los antecedentes de su familia comenzaron a pesar más que sus condiciones.
Las puertas comenzaron a cerrarse para el joven defensor por un motivo que no podía controlar: su apellido. Su padre, Pablo Tostado Zamudio, estuvo acusado de secuestro y narcotráfico; su abuelo, Pablo Tostado Félix, había muerto en prisión en 2009. “Después del Mundial, toda mi carrera se fue abajo, más que nada, por el apellido” declaró el propio Tostado en una entrevista con ESPN.
Primero Chivas y después Tigres, decidieron apartarlo a pesar de que no tenía ninguna relación con los delitos familiares. Rafael Ortega fue quien le comunicó que debía abandonar Chivas, donde no llegó a debutar. “Me dio sentimiento y me dio mucho coraje que me hayan corrido de esa manera, por la puerta de atrás. porque siento que no lo merecía”, recordó. La versión oficial hacia los medios apuntó a que el jugador había tenido ausencias escolares, aunque Tostado aseguró que cumplía con todas las concentraciones y entrenamientos.
Tras su salida de Chivas, Tigres parecía ser la oportunidad para reanudar su carrera, pero la tragedia golpeó de nuevo con la muerte de su padre en 2012. Aunque le prometieron apoyarlo, rápidamente lo enviaron cedido a Correcaminos. Más tarde, los regios se negaron a entregarle su carta, incluso cuando sufrió una lesión de rodilla que necesitaba intervención médica. La falta de respaldo y las trabas administrativas lo empujaron al retiro prematuro aunque esa no era su elección: “Siento que no me retiré, me retiraron”.
La actualidad de José Pablo Tostado con 31 años
En la actualidad, José Pablo Tostado es padre de familia y se alejó del profesionalismo, pero mantiene al futbol cerca de su vida jugando a nivel amateur varias veces por semana. Aunque la frustración por su carrera truncada fue enorme, ha logrado dejar atrás los resentimientos. “A lo mejor no quisiera que ni mis hijos pasaran lo que pasé, eso de que me perjudicara el apellido. Yo creo que eso ya está olvidado, es tema cerrado”, reflexionó.