El aura de un campeón del mundo es irresistible sobre todo para los grandes equipos como Chivas. Un viaje en avión coincidió a Salvador Martínez Garza, presidente de la Promotora Deportiva Guadalajara, con Osvaldo Ardiles, una leyenda del Tottenham Hotspur que justamente había dejado su puesto como el entrenador del equipo inglés para la temporada 1995-1996.

Garza vio en Ardiles el reemplazo ideal para Alberto Guerra, en busca de una mayor propuesta ofensiva. Pero el experimento fue un fracaso. El desconocimiento del argentino por el futbol mexicano le pasó factura muy rápido. Pero también le jugó en contra su falta de profesionalismo.

Uno de los referentes de aquellas Chivas, el defensor Camilo Romero, criticó la gestión de Ardiles al frente del Rebaño a tal grado de considerarla como “un desastre”.

“Sinceramente por la figura que fue en el futbol, creo que fue el entrenador que menos tenía que haber llegado a Chivas”, dijo Camilo en entrevista con David Medrano.

“Fue la peor pretemporada que hicimos. Era un desastre el equipo. Era una falta de respeto interno totalmente, con falta de trabajo de cancha, sin conocimientos de parados. Sin idea futbolística. Era un desastre”, añadió.

Justamente el canterano de Guadalajara reconoció que el poco tiempo que estuvo el campeón del mundo en 1978 fue un calvario para los propios futbolistas: “Le dijimos que no estábamos haciendo nada. Todos se empezaron a lastimar a los tres días de la pretemporada”.

¿Cuáles fueron sus números como DT?

La etapa de Ardiles en Chivas no duró mucho. Apenas dirigió un total de nueve partidos donde obtuvo dos victorias, tres empates y cuatro derrotas. Los números obligaron una salida mucho antes de lo que preveía el propio Salvador Martínez Garza.

Los futbolistas no entendían el comportamiento del director técnico argentino, que parecía poco importarle su trabajo. “Diario andaba tomando. Él se quedaba en la alberca con su botella de whisky, cuando llegábamos ya estaba hasta el tope. Era un equipo de barrio”, explicó Camilo.

Tras Ardiles, Chivas repitió el mismo error con un entrenador reconocido a nivel mundial como el holandés Leo Beenhackker. El resultado tampoco fue positivo.