No fue un partido sencillo para las Chivas. No solo por el revés sufrido en casa frente a Pumas -rompiendo efectivamente los 36 años de sequía de ese rival en nuestra ciudad- si no por las formas. El Rebaño Sagrado parecía controlar el partido y el gol de Brizuela en la primera parte parecía confirmarlo.

La pregunta, una vez consumada la remontada rival y otro revés en el Akron -que por estas fechas parece estar maldito para las Chivas- nace sola: ¿Qué fue lo que pasó? Porque el rival de turno no necesariamente era tan superior al Rebaño.

Pues aquí enumeramos 5 pecados cometidos por José Saturnino Cardozo en el duelo de ayer -y en otros de la temporada-. No necesariamente están todos, o capaz hay alguno de más. Por eso nos gusta que nos comenten y exista interacción.

La línea de cuatro defensores. Después de haber probado con éxito la línea de tres centrales y dos laterales volantes, Cardozo eligió volver a la línea de cuatro. Aquello no funcionó demasiado, tanto por los costados, como en la pareja de centrales. El equipo no lució bien.

El rol de Van Rankin. Si había un jugador motivado a ganar ayer, era JosecarlosVan Rankin, quien fuera desechado el pasado semestre por unos Pumas en los que vivió toda su carrera, y ahora en Chivas andaba bien. ¿El problema? Ayer salía a atacar y le costaba el retroceso. Y la línea de cuatro lo dejó en evidencia.

Los cambios. Si bien el plantel no da para mucho más, los cambios de Cardozo no fueron tan incisivos como se hubiese esperado. Se estaba perdiendo en casa, frente a un rival que no era tan superior. Eran puntos demasiado valiosos para perder. Ahora se complica todo.

Apuesta por la juventud. Si bien es cierto que varios viejos referentes del plantel ya no dan mucho más, también lo es que la apuesta por los más chavitos causa que en momentos complicados como este, no tengan claro qué hacer. Si bien aprenden a pasos agigantados, hay consecuencias como esta.

El ataque. Cardozo apostó por dos delanteros: Godínezy Pulido. No se alcanzaron a conectar bien, les costó adaptarse. Nuevamente el cambio de dibujo táctico complicó al equipo y, a la larga, le dio opciones al rival para remontar y no generó tantas ocasiones propias.