Desde los seis años, Lauro Muñoz supo que quería ser portero. Y no solo eso: quería ser portero de Chivas. Dio sus primeros pasos en la escuela Chivas Hidalgo, una de las primeras academias filiales oficiales del club. “Ahí los encargados eran el profe Yayo de la Torre, Zully Ledesma y el profe Jaime León”, recuerda. De todos, el Zully fue quien le dejó una huella más profunda.
“Te soy sincero, yo no tengo recuerdos de él jugando. Sí sé quién fue, y ahorita es uno de mis referentes, no solamente de la portería, sino de la vida. Para mí es una muy buena persona”, cuenta con admiración. La conexión nació desde el primer día, cuando su papá —ya fallecido— fue directo con el Zully y le dijo: “Mi hijo quiere ser portero y te lo encargo”. Lauro permaneció en esa escuela cerca de cinco años, siempre bajo la mirada del exarquero campeón con el Rebaño.
Además del Zully, hubo otro nombre que marcó su vida: Martín “El Pulpo” Zúñiga. “Tengo muy presente el campeonato de Chivas en el 97. Estuve en el estadio. También me tocó estar cuando se perdió contra Necaxa. El Pulpo hasta la fecha es mi referente mayor en México. Por eso, cuando podía escoger número, usaba el 23, que era el que él usaba”. Con el tiempo, no solo llegó a conocerlo, sino también a trabajar con él y forjar una gran relación personal.
Más adelante, ya como parte del primer equipo, convivió con otros nombres históricos de la portería rojiblanca. “Cuando subía a Primera División, Oswaldo Sánchez era el titular. Me tocó ir a la banca contra Tecos, y en otros dos partidos, uno contra Atlas y otro en Libertadores contra San Lorenzo, el arquero titular fue Talavera”. Para peor, en ese momento Luis Michel estaba cedido en Santos, pero seguía perteneciendo a Chivas y regresó para sumarse a la competencia interna.
Lauro Muñoz entendió la situación como buen profesional: “Claro que te queda la sensación de por qué no debutaste, por qué él sí, por qué él no. Pero ya que estás del otro lado entiendes la famosa frase que en algún momento me dijeron: son carreras, no carreritas”. Luis Valls, entonces entrenador de porteros del primer equipo y hoy en Atlas, fue quien le habló con franqueza: “Me dijo: Tal vez ya llegaste a tu techo aquí en el club. Hay que buscarte para que estés activo y tener la posibilidad en algún momento de regresar. Lo entendí. Soy gente de fútbol. Le dimos”.
La carrera de Lauro Muñoz tras salir de Chivas
Tras salir del Rebaño, su primer destino fue Indios de Ciudad Juárez, donde pasó un año sin jugar un solo minuto. Después llegó a Xolos de Tijuana, donde encontró su mejor etapa: “Ahí se interesaron en mí, querían comprarme la carta, pero al final no se hizo por cuestiones entre directivas. Estuve dos años y me tocó ver crecer a Xolos”.
Lauro fue parte del impulso inicial del club: desde pegar calcomanías en la línea para cruzar a Estados Unidos hasta participar en dinámicas, firmas de autógrafos y promociones en la ciudad. “Era para darle credibilidad a la franquicia, porque antes llegaban equipos durante un año y se iban. Fue algo muy bonito. Inaugurar un estadio que hoy es totalmente distinto, pero que en ese entonces fue nuestro punto de partida”.
Su presente como entrenador de porteros en la Federación Mexicana
Actualmente, desde su rol en Selecciones Nacionales, Lauro mantiene una conexión especial con Chivas, aunque desde otro lugar. “Mi familia es Chiva. Tiene Chivabonados, va a todos los partidos o los vemos por tele. Sería un mentiroso si dijera que el vínculo no existe. Pero uno también aprende a ver el fútbol como entrenador, como gente de fútbol. Yo veo los partidos de la Sub 19, del primer equipo, de Femenil, de Tapatío… más que como aficionado, para ver qué puedo aprender y qué puedo generar para mí”, señaló.
Más allá del vínculo y de que aún asiste al Estadio Akron, Lauro Muñoz lleva un tiempo sin guardar o usar las playeras del Rebaño: “Sé dónde estoy y soy un bendecido por eso. He aprendido que hay que ser lo más formal posible, no dar de qué hablar. Por desgracia, no siempre los comentarios o situaciones son bien vistas”.
Al final, el sueño de debutar con Chivas quedó pendiente, pero aún así supo reinventar su carrera y seguir ligado al futbol en la actualidad. “Claro que hubiera sido bonito tener esa satisfacción personal y dársela a mi familia. Pero estoy cumpliendo metas por otro lado. Y estar activo, en lo que sea, es otro rollo”.