Lauro Muñoz no debutó de manera profesional con la playera de Chivas, pero su vínculo con la institución va mucho más allá del campo de juego. Formado en la cantera rojiblanca, el ex guardameta vivió una etapa que lo marcó de manera muy profunda en lo personal. Por ese entonces, el Rebaño atravesaba una transformación institucional bajo el mando de Jorge Vergara. Guadalajara fue también un espacio de contención y crecimiento humano.
“Yo desde niño estuve ligado a Chivas. Mi familia somos seguidores de Chivas, somos aficionados de Chivas. Yo tengo muy frescas las memorias desde que Chivas jugaba los domingos a las 12 del día de local”, recuerda con afecto Lauro Muñoz en diálogo con Rebaño Pasión. Aunque no logró estrenarse oficialmente en Primera División, llegó a salir a la banca en torneos locales y en Copa Libertadores, una experiencia que no olvida.
Pero más allá del futbol, Lauro Muñoz destaca la importancia que tuvo el club en su desarrollo personal. Y es que por ese entonces, el Guadalajara ponía mucho énfasis en que los futbolistas de la cantera pudieran realizar los estudios. “Yo tuve la suerte de ser de la primera generación de lo que se llamaba Chivas Educare, justo al lado de Verde Valle. Se nos otorgó ese apoyo académico, una beca completa”, recuerda.
“Había muchas facetas que te ayudan para una mejora en el mundo real. Clases de baile, de actuación, yoga. El tener aptitudes, el desenvolverte, hablar bien… todo eso uno le puede sacar provecho para la vida deportiva”, reflexiona Lauro Muñoz. Pero además, en ese entonces la familia atravesaba un momento difícil: “De mi parte, mi papá falleció cuando yo era muy chico. Entonces mi mamá pues estaba lo más agradecida con Chivas. Yo siempre le menciono eso, que gracias a Dios en cierta forma la pude ayudar con el gasto académico, porque ella estando sola con mi hermana, también echarle la mano de una forma creo que fue bastante bueno”.
La importancia de Jorge Vergara para el desarrollo integral de los futbolistas de Chivas
Ese respaldo llegó durante el cambio de era con Jorge Vergara, quien implementó una serie de iniciativas para formar jugadores integrales, con oportunidades educativas y herramientas para la vida más allá del balón. “Era una persona que se preocupaba y se ocupaba, no solo del jugador en el campo, sino todo lo que conlleva ser personas”, señala Lauro. “Creo que el señor, con toda su filosofía de vida, con todos los apoyos que nos otorgaba, sus acciones lo respaldaban”.
El recuerdo de Jorge Vergara sigue muy presente en su memoria, no solo por lo que impulsó institucionalmente, sino por su cercanía con los futbolistas, incluso en las categorías formativas. “Siempre tenía presencia en el club, por obvias razones en el primer equipo pues ahí lo veías. También tenía muchas pláticas generales con las Fuerzas Básicas. Era alguien muy metido. Yo considero que era muy coherente lo que exigía con lo que él hacía”.
Hoy, desde otra etapa de su vida, ya como entrenador de porteros en la Federación Mexicana, Lauro Muñoz valora todo lo que aprendió en esa época más allá de ser la institución en la que comenzó su carrera profesional. En su caso, como en el de muchos otros jugadores, Chivas fue mucho más que un club: también fue un respaldo y una oportunidad de poder elegir el rumbo de su vida.