En el futbol hay equipos con el que algunos futbolistas generan una conexión inmediata y con el paso de los torneos se convierten en ídolos, mientras que hay otro tipo de jugadores que se convierten en villanos debido a que les pesa la playera de algún club, tal y como le sucedió a Uriel Antuna, que no pudo brillar en el Guadalajara.
El Brujo era una de las grandes apuestas de Ricardo Peláez para las Chivaláctivas del 2020, desembolsando más de 10 millones de dólares para comprárselo al Manchester City y a Santos; sin embargo, su paso fue triste, en el que no hubo momentos memorables en la cancha, sino fuera de ella con sus indisciplinas.
Es por eso que la directiva rojiblanca perdió la paciencia y decidió deshacerse de él, tratando de acomodarlo en otros equipos usándolo como moneda de cambio, en donde con América no fructificó el traspaso, pero con Cruz Azul sí pudo cerrarse la negociación a cambio de Roberto Alvarado.
Desde su salida del redil, Uriel Antuna ha despotricado contra Chivas, asegurando que no fue cobijado y que no recibió la confianza u oportunidades suficientes para alcanzar su mejor versión, convirtiéndose en uno de los jugadores más odiados por la afición del Rebaño.
PIDIÓ EXPULSIÓN DE VEGA
Pese a que son grandes amigos fuera de la cancha, el Brujo desató la controversia cuando Alexis Vega reclamó a Nacho Rivero por una fuerte barrida, muy similar a la que el sudamericano le propinó al delantero rojiblanco unos meses atrás que le ocasionó una severa lesión de tobillo, por lo que Antuna exigió la expulsión de su compañero del ‘Dúo Tamarindo’.
GOL Y FESTEJO
En el Apertura 2022, Antuna anotó un gol al Rebaño en el Estadio Azteca, celebrándolo con euforia y dirigiéndose hacia un sector en el que estaban varios aficionados rojiblancos, quitándose la playera y besando el escudo celeste, desatando la furia de los rojiblancos.
BURLA A LA AFICIÓN
En el siguiente torneo, en el Clausura 2023, se repitió la historia y el Brujo vacunó al Rebaño en la cancha del Estadio Akron, dirigiéndose nuevamente al tiro de esquina y besando el escudo celeste, celebrando con euforia ante los abucheos que propinaba el público cada ocasión que tocaba la pelota.
EXPLOTÓ CONTRA EL POLLO
Pese a que fueron compañeros durante casi tres años, Antonio Briseño y Uriel Antuna se hicieron de palabras, calentando los ánimos y hasta llegaron a los empujones, por lo que el árbitro detuvo la situación con amonestaciones para ambos jugadores.
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