El dueño del club, Jorge Vergara, aseguró que el equipo no va a bajar de categoría el año que viene y destacó que, cuando llegó en 2002, “los jugadores cobraban hasta por empatar, solamente faltaba que me cobraran por perder”.

El presente no es bueno. Chivas apenas está 10° en la tabla y muchos hablan sobre la posibilidad de que descienda de categoría en 2015. Sin embargo, el dueño del club, Jorge Vergara, se mostró tranquilo al respecto: “Chivas desciende sobre mi cadáver”, respondió al ser consultado por un alumno del ITAM, en declaraciones que reprodujo ESPN. Con esa frase, dejó en claro que les tiene mucha confianza a los jugadores y que, estando él, el primer equipo jamás descenderá.

Vergara, además, ve un proceso de reconstrucción y le tiene mucha fe a José Luis Real para que continúe al frente del plantel: “Se han tomado decisiones para revertir la situación y este domingo se verá, porque vamos a ganar”. La curiosidad tiene que ver con lo que manifestó respecto a lo que recuerda de su llegada a la institución, en 2002: “Los futbolistas cobraban hasta por empatar, solamente faltaba que me cobraran por perder”.

El mandamás contó detalles, demasiados tal vez, de su acción inicial en el vestuario en aquel entonces: “Lo primero que hice fue agarrar al equipo con la gente de Oswaldo Sánchez, quien era uno de los líderes, y les dije: ¿’son prostitutas o qué’? Y se enojaron. El ganar es su obligación”. Con todas estas afirmaciones, el empresario no hizo más que demostrar que está firme en su cargo y que va a seguir allí hasta las últimas consecuencias.

Por último, se refirió de manera dura al proyecto iniciado y mal terminado con Johan Cruyff. Allí reconoció varios errores, entre ellos el de darle el control del mismo a Todd Beane, yerno del holandés, además de aceptar la designación de John Van’t Schip como entrenador: “A mí se me ‘peló’ que era su yerno, creí en su palabra, me lo trajo y me convencieron. Quisieron hacer unas Chivas holandesas y querían cambiar hasta la música. Casi salían dormidos al campo escuchando a Mozart, hacer queso al mediodía, se quejaban de la cultura mexicana y, en lugar de adaptarse, querían cambiarlo todo”. Contundente.