Una de las más grandes leyendas que ha tenido Chivas en su historia es Carlos Salcido. El eterno capitán del Rebaño Sagrado debutó con la rojiblanca, se fue a Europa a ser campeón y años después volvió al Guadalajara a ganarlo todo. Por eso, es voz autorizada cuando dice que hay algo que mejorar en el equipo, y le hizo saber su opinión a Gabriel Milito.
Salcido dedicó varios elogios a cómo Chivas se ha visto en los recientes partidos, en los cuales han mejorado mucho y sumado varios puntos que tienen al equipo en puestos de play-in. Sin embargo, el histórico rojiblanco también señaló que lo que hay mejorar en el equipo es el fondo físico, pues considera que en los últimos minutos de los partidos el equipo deja de proponer, probablemente por cansancio.
“Los primeros 20 minutos, donde Chivas inició bien, hicieron los goles; después, viene lo que le ha faltado. A Chivas cuando de repente ya tiene un marcador trata de hacer su bloquecito, trata de defenderse, estar bien acomodadito, y ahí parece que no pueden seguir más adelante y ahí se quedan. Cuando retroceden un poquito y aguantan, por cansancio, por partidos, por lo que sea, por la cancha, me parece que ahí les falta ese potencial”, declaró Salcido.
Y es que, en la Liguilla, los 90 minutos de cada partido se deben jugar con la mayor intensidad posible, pues un error puede costar la eliminación. Por lo tanto, quedan seis jornadas más la pausa de Fecha FIFA para mejorar este aspecto y que los jugadores de Chivas puedan fortalecer su fondo físico y no cederle el balón a los rivales por cansancio.
La mayor virtud que tuvo Carlos Salcido en toda su carrera
Carlos Salcido fue un jugador que, además de gran técnica como lateral, central y hasta como contención, destacó mucho por su increíble resistencia física, que lo llevaban a ser de los jugadores que más corría en cada partido, e incluso ser el futbolista profesional con más minutos jugados en todo el mundo en el año 2005, por lo que sabe de la importancia de estar físicamente al máximo los 90 minutos.
En dicho año, apenas dos años después de haberse afianzado en Primera División, Salcido era titular indiscutible en Liga MX, Copa Libertadores y en la Selección Nacional, que jugó Copa Confederaciones, sorprendiendo al medio futbolístico en todo el mundo, lo que le valdría ser fichado por el PSV después del Mundial de 2006.