Durante el amistoso entre Chivas y Santos Laguna por la Copa por el Bienestar, una jugada en particular dejó en evidencia el estilo que quiere imponer Gabriel Milito en el Rebaño Sagrado. El segundo gol del equipo, convertido por Cade Cowell, tuvo su origen en los pies de Luis Romo, quien volvió a desempeñarse como líbero en una línea de tres defensores.
Romo aprovechó un momento clásico de ese rol: al no ser presionado en la salida, condujo con decisión desde el fondo. El mediocampista, ahora reconvertido a defensor, rompió líneas y filtró un pase con intención hacia Alan Pulido, quien se apoyó rápidamente para que Omar Govea quedara de frente al arco. Govea no dudó y de primera puso a correr a Cowell, que definió cruzado tras quedar mano a mano.
Esta jugada no fue casualidad. En los partidos de pretemporada, Milito ha probado a Romo como líbero de manera constante. El exjugador de Cruz Azul ya había ocupado esa función en el equipo de Martín Anselmi, por lo que su adaptación ha sido natural. Con su técnica, visión y lectura, ha demostrado que puede ser clave en la primera fase de construcción, una zona fundamental en el sistema del técnico argentino.
Además, Romo también puede alternar entre la última línea y el mediocampo, moviéndose con libertad cuando el equipo tiene el balón. Esa dinámica es vital para un equipo que pretende dominar desde la posesión y marcar el ritmo del partido desde la base. Por eso, Milito parece estar confiando cada vez más en él como una alternativa real en esa zona, incluso por encima de zagueros naturales como Gilberto Sepúlveda.
¿Se quedará Romo como líbero para el Apertura 2025?
Aunque sigue siendo pretemporada, el ensayo empieza a tener forma definitiva. Chivas no solo encontró en Romo a un jugador polivalente, sino también a una pieza que potencia la idea colectiva. El gol de Cowell ante Santos fue una muestra clara: en este equipo, el juego empieza desde atrás, con criterio y convicción.