Aquel 15 de septiembre del 2015 quedó inmortalizado como el día que cambió la historia de las Chivas de Guadalajara de la mano de un casi desconocido entrenador, Matías Almeyda. Un exjugador argentino de raza pura y un espíritu inquebrantable que terminó por contagiar a los jugadores para guiarlos a la mejor era de la época moderna. 

A 10 años de su presentación como técnico del Rebaño Sagrado, hoy el conjunto rojiblanco vive un momento similar al de su llegada, con más dudas que certezas desde el interior de la directiva y con futbolistas sin esa hambre que el Pelado supo implementar en todos y cada uno de sus dirigidos.

Vamos a necesitar el apoyo de la gente para que este gigante que es Chivas, vuelva. Ya tengo muchas ganas de trabajar, de que esto comience. No quiero que quede todo en palabras, quiero que se muestre con los hechos”, fue lo que comentó Almeyda a su llegada. Y vaya que cumplió a cabalidad cada una de sus palabras porque los hechos terminaron siendo su mejor carta de presentación. 

Almeyda no solo le devolvió el alma a Guadalajara, tomó las pocas virtudes que tenía aquella plantilla, para potencializarlas con un estilo de juego aguerrido y efectivo que dio resultados casi de inmediato con el título de Copa MX del 2015 cuando vencieron a León como visitantes. A partir de ahí la historia tomó otro rumbo. 

1 título cada seis meses con Chivas 

Luego de ascender a River Plate a Primera División al igual que a Banfield en Argentina, el Pelado Almeyda encaró el mayor reto de su carrera con las Chivas. De los dos años y medio que estuvo en la Perla Tapatía, ganó un trofeo prácticamente cada seis meses. Empezó con la Copa MX del 2015, siguió con la Supercopa MX del 2016, el título de Liga del 2017, la Copa MX del 2017 y el título de la Concachampions del 2018.

Los debuts con Almeyda en Chivas 

Para conformar esta hazaña, que ningún otro entrenador ha logrado, hasta el momento en la era de la familia Vergara, Almeyda pidió las llaves de toda la institución para trabajar con libertad y él mismo visorear a las nuevas joyas como José Juan Macías, Fernando Beltrán, Alejandro Mayorga, Edson Torres, por mencionar algunos, quienes debutaron bajo su mando convirtiéndose en los canteranos con mayor proyección en su momento.  

Chivas campeón de Liga MX en 2017 Foto: Imago7/Jorge Barajas

Mientras que otros tantos como Ángel Zaldívar, Carlos Cisneros y el propio Eduardo Chofis López tomaron mayor relevancia en el plantel, al grado de consolidarse en Primera División y ser parte del campeonato de mayo del 2017, el mayor logro del estratega sudamericano, quien tras conseguir el boleto para el Mundial de Clubes mermó su relación con la directiva y en especial con Amaury Vergara.

El principio del fin con la salida de Almeyda 

En junio del 2018 Guadalajara lo había ganado todo de la mano de Almeyda, pero su relación con la directiva se fracturó de una manera irremediable, algunos adeudos con jugadores, la petición de refuerzos y la incorporación de Francisco Gabriel de Anda como director deportivo sin consultarle, rompió las vías de comunicación entre las dos partes y fue cuando se dio el principio del fin.

Chivas se coronó en la Concachampions. (Photo by Hector Vivas/Getty Images)

En su despedida Almeyda reveló algunos puntos que desde su perspectiva no eran negociables y por los cuales se marchó: “La última reunión que tuve fue con Amaury (Vergara), Paco (Gabriel), (José Luis) Higuera y mi representante (Santiago Hirsig). En esa reunión era hablar de lo que venía, de cómo reforzarnos, del plantel que pretendía tener, de que arrancáramos el torneo sin deudas, de la pretemporada. Esos eran los puntos por los que no llegamos a un acuerdo”.

“El primero era no vender los jugadores, que no se fuera (Rodolfo) Pizarro, de mantener a (Rodolfo) Cota y me dijeron que no se podía, que no había dinero. Era la primera vez que iba a pedir refuerzos, las demás era diferente porque no eran tan necesitados como ahora. Al otro día salen palabras (de Paco Gabriel) de que teníamos que ganar una Liguilla, ganar el Mundial e íbamos por caminos diferentes. Salieron temas que me decían que no tenía que estar más. Si a mí me cambian una pretemporada sin avisarme, no está bien”, explicó el Pelado aquel triste 11 de junio del 2018, cuando más de un aficionado rojiblanco derramó lágrimas por ver la partida del único y verdadero pastor.

La mala relación de Amaury con Matías Almeyda. Foto: Especial

El Pelado Almeyda Prometió volver, prometió que si tuviera mucho dinero compararía a Chivas, mantiene su casa en Guadalajara, así como la ilusión intacta de los chivahermanos de que algún día regresará a entregarse por completo a la institución y a los seguidores que lo siguen añorando desde ese 11 de junio del 2018, porque cada que ven ausente el nombre de un nuevo entrenador piensan en él.

A siete años de su partida solo se han acumulado más fracasos, la peor era de Chivas, sin Almeyda y sin Jorge Vergara, con experimentos fallidos, entrenadores sin identidad y proyectos carentes de un sustento para pensar en que llegarán tiempos mejores, mientras tanto, el pastor le da la vuelta al mundo recordando lo que vivió en Guadalajara y ahora desde Sevilla no pierde oportunidad para voltear a ese pasado rojiblanco que lo esperará con los brazos abiertos hasta el día en que decida regresar porque su legado perdura y su figura se extraña para volver a despertar al gigante dormido.