Durante cuatro torneos, el entrenador portugués Sergio Pinto estuvo al frente de Chivas Sub-19. Tras iniciarse en un prestigioso club europeo como el Porto, el joven estratega aceptó la invitación de Juan Carlos Martínez Castrejo para tener la primera experiencia fuera de su país. En su estadía, conquistó un título y contribuyó al desarrollo de varios futbolistas jóvenes.
La decisión de aceptar la propuesta e instalarse en Guadalajara no resultó nada sencilla. “Fue un poquito difícil, no te voy a esconder eso, porque era la primera vez que salía del país -reconoce en diálogo con Rebaño Pasión-. Tengo familia y entonces inicialmente fue un poquito difícil, pero hablé con mi esposa y rápidamente decidimos que sí, porque era algo que yo quería mucho”.
La conversación con Pinto se extendió por una hora en la que poco a poco el portugués comenzó a demostrar su profunda vocación, el fuerte cariño por las Chivas y toda una serie de responsabilidades propias del cargo que ocupó durante dos años. Aunque admira a Pep Guardiola, reconoce que fue por José Mourinho por quien eligió ser entrenador. Y también nombra entre sus influencias a otros dos compatriotas: Ruben Amorim y Jorge Jesús.
Su conocimiento del futbol mexicano y los dos años en Chivas
Pinto conocía bastante del futbol mexicano por la cantidad de jugadores que pasaron por su país: Héctor Herrera, Miguel Layún o Tecatito Corona eran algunas de las referencias. Pero en su caso, debería de trabajar con juveniles, pues tomaría las riendas de Chivas Sub-19: “El primer año fue un poquito más difícil, por la adaptación mía a los jugadores y de los jugadores a mi persona. El segundo conquistamos la Copa. Y el tercero y cuarto, muchos récords conseguidos, muchos debuts, muchos cambios de categoría hacia arriba”, resume sobre su ciclo en el Guadalajara.
- ¿Cómo viviste el título obtenido con Chivas?
Fue una explosión de sentimientos, porque venías de no clasificar, a ser campeón. Venías de la situación en que toda la gente metía que tenía dudas si el entrenador era una elección buena, a ser una posible certeza. Fue básicamente una descarga de energía muy grande, porque lograste hacer algo que el club quería mucho hacer. La Sub-18 no lo había logrado todavía. Fue muy bueno. Los muchachos fueron increíbles, el trabajo fue increíble.
- ¿Crees que había cierta desconfianza por tratarse de un extranjero?
Yo no sentí desconfianza así frente a frente de nadie. Pero cuando tú tienes una apuesta de alguien que viene de afuera, tú crees que esa persona va a tener que dar resultados en aquel momento. Y los propios jugadores tenían una ilusión muy grande a mi llegada porque era un entrenador europeo. Y como no ganas, creas una cierta desconfianza en las personas. Es normal, no es que sea malo, pero a nivel de personas en Chivas siempre me trataron muy bien.
El eterno debate: ¿Son importantes los resultados en Fuerzas Básicas?
Uno de los grandes debates, no sólo del futbol mexicano sino en general, pasa por la valoración que se le da a los resultados en las Fuerzas Básicas. Hay quienes opinan que el ganar no es tan importante como se cree, pues lo vital es el desarrollo de los jóvenes y que estos puedan llegar bien preparados al primer equipo. Sin embargo, Sergio Pinto no coincide demasiado con aquello, pues no considera factible que haya un buen desarrollo en entornos poco competitivos.
- ¿Qué opinión tienes sobre aquello de que en Fuerzas Básicas no deben de importar tanto los resultados?
Es una frase bonita y cierta, pero pienso que tiene más sentido aplicarla en categorías más bajas. Cuando llegas a una Sub-17, Sub-19, Sub-18, Sub-21 o Sub-23 de un club como Chivas, no puedes permitirte perder de manera sistemática. Si quedas en los últimos lugares, no sirve decir: “Bueno, me quedé último, pero desarrollé jugadores para primera”. No, simplemente no funciona. Quedarse en último lugar significa que los jugadores no están preparados para Primera División, para Tapatío o para otros niveles superiores. Por eso, creo que la idea de “siempre mejor desarrollar que ganar” se debe aplicar en categorías inferiores y en un fútbol menos profesional que el que manejamos en Chivas.
Ahora, si me preguntas si mi objetivo era ganar a cualquier precio, la respuesta es no. Hubo momentos en que priorizamos ganar, y otras veces que no ganábamos pero les decía: “Tranquilos, lo importante es cómo jugamos”. De hecho, cuando ganaban de una manera que yo no quería, también se los hacía saber. Ellos sabían que había un camino correcto para ganar, y si no lo seguían, yo me quedaba enfadado, aunque hubiéramos ganado. Por otro lado, hubo ocasiones en que perdíamos y yo les decía: “No pasa nada. Ustedes jugaron bien”. Por ejemplo, recuerdo un torneo en el que fuimos a Cruz Azul y perdimos 2-0. Salimos del partido y ellos estaban con la cabeza baja; yo les dije: “No se preocupen. Ustedes han estado muy bien. Sufrimos dos goles por detalles mínimos, pero debemos corregirlos. El desempeño general fue bueno”. Después de ese partido, conseguimos seis victorias consecutivas.
Gestiones y dinámicas en el desarrollo de Fuerzas Básicas
En una institución como el Guadalajara, el trabajo va mucho más allá del campo de juego, pues abarca una gestión compleja del desarrollo humano de jóvenes talentos. El proceso está repleto de momentos de incertidumbre y desafíos emocionales. Sergio Pinto vivió en primera persona la delicada tarea de gestionar los ánimos de sus futbolistas.
- ¿Cómo manejaban las subidas o bajadas de categorías? A veces te toca preparar un partido sin saber si podrás contar con un jugador importante.
Lo que creo ahí es que principalmente tiene que haber una línea del club. Si todo está muy bien definido desde el inicio, creo que no habrá problemas. Si tú eres muy claro con tus jugadores desde el primer equipo de los jóvenes para abajo, yo creo que es menos difícil. Claro que, por ejemplo, para un entrenador puede ser un poquito difícil recibir un jugador de arriba que no ha entrenado con él. Pero si la línea del club es la misma, probablemente no te va a causar daño. Y hay otra cosa que tenemos que ver, que es si te bajo un jugador que puede jugar en tu categoría, y si está jugando en la categoría por encima, es porque es mejor. Tenemos que ser muy realistas en ese sentido. A mí en Chivas lo que pasaba muchas veces es que era definido desde arriba. O sea, del primer equipo, muchas veces era el entrenador quien decidía: “Mira, este jugador va a bajar.” Y Fran (Pérez) hablaba con nosotros. Había momentos en que nos preguntaba: “¿Sí o no?”. Otros momentos decía: “Este jugador tiene que bajar”. Tiene que hacerse un poquito la relación, tiene que ser un poquito flexible.
- ¿Qué casos recuerdas que te tocaron a ti?
Me tocaron varios jugadores en ese punto. Me tocó Samir Inda; en el primer torneo Ariel Castro. Me tocó Brambila, Alexis Gallegos; Liceaga, que en el tercer torneo Robinho (Romero) estaba en un nivel muy grande, y Liceaga bajó y ha tenido que hacer liguilla. Pero es así, el fútbol es así y el fútbol de alto rendimiento a nivel formativo en esta situación, es así. Si está por encima y quieres estar tú en su posición, trabaja, y en el año siguiente te va a pasar eso a ti. Yo no lo veo mal. Claro que si me dicen que me bajan 11 jugadores, ahí ya es complicado, pero si me bajan dos, tres, bueno, no pasa nada, está bien.
- ¿Y cómo era manejar desde lo anímico cuando algunos jugadores volvían a su categoría? ¿O cuando alguno parecía estar más estancado que otros de su misma edad?
Imagínate, uno de los problemas que teníamos era cuando iban a entrenar con el primer equipo y después bajaban, o cuando iban a la selección y venían otra vez, porque es una realidad diferente. Pero yo creo que ya estábamos acostumbrados a eso, ya nos protegíamos y protegíamos al jugador de esa situación. Mucho con charlas nuestras para ellos y también con el área de psicología, que les ayudaba mucho a darles herramientas para que supieran gestionar esas emociones, que por eso son muy difíciles. Y lo mismo con los jugadores que estaban abajo y que veían a jugadores más jóvenes pasarles por encima; nosotros teníamos eso muy, muy bien controlado. Como cuerpo técnico teníamos mucha atención a esa parte. Éramos muy conscientes de que eran personas. Y decíamos muchas veces: “No, no nos olvidemos que son personas”. Y yo creo que es uno de los factores para el éxito que hemos tenido fueron las relaciones personales que hemos creado. Claro que no conseguimos llegar a todos de la misma manera, porque es normal, pero yo creo que si preguntas a cualquier jugador nuestro, yo creo que todos ellos han sentido una mejoría de nuestra parte para con ellos, y creo que todos han disfrutado del proceso.
- ¿Crees que hay cierta superpoblación de talento al haber tantos jugadores de buen nivel?
No teníamos cuantidad, teníamos calidad. Si teníamos dos laterales derechos muy buenos y había otro tercero para fichar, no lo haríamos, porque hay que dar valor a lo que tenemos en casa. Pero calidad sí teníamos. O sea, no había un jugador malo en ficha. Claro que había jugadores que entendieron más tu manera de pensar, otros menos, pero todos ellos eran muy buenos. Es muy difícil, porque ellos son todos muy buenos, pero no nos podemos olvidar que los que están encima también son muy buenos. Entonces, imagínate: los de la 19 tienen a los de la 23, que son muy buenos; los de la 23 tienen a los que tienen en Tapatío, que son muy buenos; y los de Tapatío tienen a los que están en Primera, que son muy buenos.
Nombres propios del Semillero Rojiblanco
- ¿Dirigiste a Gael García, la joya de 17 años que ya entrenó con el primer equipo?
A Gael García lo he tenido simplemente en entrenamientos. No lo he tenido en competencia. Sí lo pedí varias veces, pero la verdad es que tenemos que entender que hay procesos y que para la posición de Gael teníamos bastantes. Teníamos a Sandoval, teníamos a Hugo Mata, teníamos a Leo Ramírez, a Esteban Mendoza, a Leonel Calderón, teníamos a Ian Torres que era un delantero que podía jugar en esa posición. Teníamos una cantidad muy grande de jugadores y con traer a Gael podría no tener los minutos que tenía, o quitaría la minutos a alguien que estaba. Y entonces bueno, decidimos esperar un poquito más y el objetivo sería que este torneo el ya empezara con nosotros.
- ¿Cuáles consideras que son los talentos más destacados de las Fuerzas Básicas?
De porteros, yo tengo seguro que tanto Robinho Romero como Sebastián Liceaga van a llegar. Como centrales, yo tengo la certeza de que Jared De León, que era mi capitán, va a ser una certeza. Como lateral derecho te puedo decir tanto Raúl Nuño, como Ángel Brambila. Atención que Nuño era pivote cuando llegué y lo aposté yo como lateral derecho. Y la verdad es que fue una buena adaptación, ascendió a Tapatío. Habíamos tenido un fichaje también, Diego González, que está muy bien, es un lateral derecho que ha venido de Tecos. Y como pivote, Samir Inda, creo que fue de los mejores jugadores que he entrenado yo. Hay otro que se llama Raúl Martínez. El físico no lo ayudó, pero me hace acordar porque es mi amigo, Bruno Fernándes, en sus momentos de Boavista antes de ir a Novara. Raulito es muy idéntico a él. Tienes a Hugo Mata, que para mí es una joya que tenemos. Y te hablo de mi categoría, atención, porque en la categoría de encima también tienes bastantes. Y Diego Latorre. Claro que podemos hablar de Xandor Camacho también. Y no hablo de Sandoval porque ya está. Pero yo creo que el equipo tenía muy buenos jugadores, muy buenos jugadores.
La salida de Sergio Pinto de Chivas y lo que espera para su carrera
Después de dos años intensos y un título con Chivas Sub-19, el ciclo de Sergio Pinto llegó a su fin. Por momentos, el portugués todavía habla en presente, como si siguiera siendo parte de la institución. Y en realidad, lo es: sigue todos los partidos porque en Guadalajara también nació su hijo, que ya es un aficionado más del Rebaño. Mientras descansa antes de volver al ruedo, el joven entrenador contó cómo vivió su salida del club y cuáles son sus aspiraciones de cara al corto plazo.
- ¿Cómo fue tu salida del club? ¿Te lo esperabas o te tomó por sorpresa?
Con el cambio de dirección, claramente que estás esperando que exista un cambio. Todavía había contrato, claro, había seis meses más de contrato. Terminaba en diciembre de este año. Me lo esperaba, sí y no. No por los resultados que había tenido, pero sí por el cambio de dirección. Pero sinceramente salgo tranquilo porque salgo con la sensación de que he hecho lo que tenía que hacer. Creo que he dejado mi huella en los jugadores y en el club. Creo que Chivas va a continuar claramente, pero me siento triste por tener que haber salido antes de terminar las cosas, pero muy tranquilo.
- ¿Cuáles son tus objetivos a corto plazo tras salir de Chivas?
Yo lo que quiero es un proyecto bueno, que yo pueda continuar desarrollando mis capacidades, que consiga desarrollar las capacidades de los jugadores que tenga, y que consiga estar en un club que pueda pelear por ganar.