Raúl Gudiño: No fue exigido en exceso y en los tres goles de Kashima tuvo poco qué hacer. Alguna que otra intervención que no marcó diferencias.

Josecarlos Van Rankin: Se extrañaron sus internadas en ataque, no se asoció del todo con Brizuela y le costó un mundo retroceder.

Jair Pereira: Un segundo tiempo nefasto. Mala la cobertura en el segundo gol y dejó todo el espacio en el tercero.

Hedgardo Marín: Sufrió con la velocidad de los japoneses pero fue quien mejor se vio entre los defensores.

Miguel Ponce: Intrascendente. En ataque su aporte fue bastante discreto y en defensa no fue precisamente de lo más preciso.

Orbelín Pineda: Un reflejo del equipo: un primer tiempo de muy alto nivel, pero un complemento en el que casi se desapareció.

Michael Pérez: Imprudente en el penal que originó el segundo gol de Kashima, pese a la rigurosidad del árbitro. Se diluyó tras un gran inicio.

Isaac Brizuela: Como casi siempre fue, por mucho, el mejor de Chivas de Guadalajara. Un escalón por encima del resto.

Javier Eduardo López: Arranques, intenciones y ganas, pero poco a partir de ahí. Sin dar el salto definitivo para volverse un referente.

Ángel Zaldívar: Punzante y efectivo en un principio. Paulatinamente, dejó de recibir balones y se apagó por completo.

Alan Pulido: El gol del descuento, al tomar un rebote de un penal que falló, no maquilla lo desconectado que se vio en todo el juego.

Los cambios

Walter Gael Sandoval (71'): Aporte nulo. No encontró la manera de ser un revulsivo en el momento adecuado.

Jesús Godínez (85'): Ingresó cuando Chivas arriesgó en busca del empate, pero poco pudo hacer para cambiar la historia.