Chivas es todo un fenómeno social digno de ser estudiado en las aulas de alguna facultad. El Guadalajara es el caso atípico de un equipo de una localidad distinta a la capital cuyo poder de convocatoria es, sin embargo, nacional. Como si hicieran falta pruebas de eso, recién cientos de aficionados lo comprobaron con una apoteósica serenata al Rebaño Sagrado previo al Clásico Nacional más importante de la temporada.

La afición rojiblanca dio una última muestra de ese amor eterno por el chiverío antes del partido de Vuelta de las Semifinales de la Liguilla del torneo Clausura 2024 de la Liga MX ante el América, que será local administrativamente en un Estadio Azteca que suele pintarse de rojo y blanco incondicionalmente, cada vez que juegan ahí las Chivas.

Hotel de concentración se volvió un concierto de aliento para Chivas

En el Hotel Galería Plaza, donde unos 100 policías custodiaban el lugar, se atrincheró el Rebaño Sagrado de cara al último Clásico de los cinco que se registraron en este atípico semestre. Ahí, cientos de chivahermanos mostraron músculo para dejar en claro que la capital es rojiblanca y el Guadalajara es, efectivamente, el equipo más querido de todo México.

¡Sal Rebaño! ¡Sal Rebaño!”, exclamaban los cerca de mil fanáticos presentes. Fueron múltiples cánticos, incluido el Cielito Lindo. Luego de una hora de desgarrar sus gargantas con canciones y porras, la incertidumbre de no saber si saldrían sus ídolos, trajo algunos silbidos. Y así fueron apareciendo. El primero fue el director deportivo Fernando Hierro en el interior del hotel.

Los ídolos saludaron a sus fanáticos

Y unos minutos después salieron Jesús Orozco Chiquete y Chapito Sánchez, seguidos por Alan Mozo y Ricardo Marín. Luego, Cade Cowell y Antonio Briseño saludaron a las masas, que cantaban cada vez más fuerte. Pocho Guzmán fue de los más entusiastas como muestra de que siente los colores como pocos.

Con todo y lesión en el hombro, Guti alzó los brazos y regaló una sincera sonrisa a los presentes. Mientras que los grandes ausentes fueron Roberto Alvarado y Chicharito Hernández. De esta manera, lo que hace unos meses fue un reclamo masivo por la goleada sufrida en la Ida de Concachampions a manos del eterno rival, ahora fue una serenata de orgullo nacional.