Cuando Jorge Vergara adquirió a Chivas en octubre de 2002, prometió refuerzos de altura y traer al mejor director técnico del mundo. Sin embargo, anunció a Yayo de la Torre al poco tiempo para el torneo Clausura 2003, mientras que fichó solamente a los defensas Omar Rodríguez y Ramón Heriberto Morales, además del contención Felipe Ayala.

La decepción continuó un semestre después cuando para el Apertura 2003 el primer fichaje anunciado fue Armando Tavira, quien arribó a la Perla de Occidente a petición de Eduardo de la Torre, proveniente del Veracruz, convirtiéndose en una de las primeras contrataciones del Guadalajara en la era Vergara. 

¿Quién es Armando Tavira, quien fuera fichaje de Chivas en 2003?

Oriundo de Coyuca de Catalán, se trataba de un joven mediocampista que también podía jugar de lateral y que había mostrado cosas interesantes con el Irapuato, pero jamás pudo adaptarse a la exigencia del Rebaño Sagrado. Para colmo, apenas en su primer trabajo que constaba de un simple trote físico en la cancha Anacleto Macías ‘Tolán’, del ya desaparecido Club Guadalajara, se lesionó.

Tavira se contracturó el muslo derecho y no pudo trabajar al parejo de sus compañeros la pretemporada que realizaba Chivas en aquel entonces en Acapulco. Según informó el jefe de los servicios médicos del club, Rafael Ortega, la lesión pudo deberse a la tensión de llegar a un nuevo equipo y a su nerviosismo, lo que le habría provocado que los músculos no trabajaran de la misma forma y acabara con una contractura.

Apenado, reconoció haber estado nervioso

“La verdad que no dormí mucho, pues llegué de madrugada a Guadalajara y siempre hay nervios cuando cambias de equipo y ahora quizá más al llegar a un club como este“, dijo el jugador mientras reposaba avergonzado a un costado de la cancha de entrenamiento.

Con trabajos de rehabilitación, en unos días estuvo listo para el desafío de jugar en el equipo más grande de México, pero no pudo jamás alcanzar el nivel deseado y al término del torneo Clausura 2004 abandonó la institución con más pena que gloria.