La reciente transferencia de Jesús Orozco Chiquete a Cruz Azul no solo marca una de las operaciones más relevantes para Chivas en los últimos años, sino que también parece confirmar el rumbo del club hacia un modelo basado en el desarrollo, aprovechamiento y venta estratégica de talento juvenil.

El acuerdo por Chiquete, que incluye 4,5 millones de dólares y la ficha de Luis Romo, uno de los mediocampistas mexicanos más completos del fútbol local, destaca como un movimiento clave para el Rebaño. Además de obtener un jugador de experiencia y calidad probada, Chivas asegura un ingreso económico significativo, algo que había sido una cuenta pendiente en los últimos años.

Chivas va camino a consolidar su modelo de exportación

Chiquete no solo representó una venta destacada, sino también un producto del trabajo de las Fuerzas Básicas rojiblancas. Durante su paso por el primer equipo, disputó 101 partidos y se consolidó como un pilar en la defensa. Este tipo de transacciones refuerza la estrategia de formar jugadores que puedan contribuir al equipo antes de convertirse en activos valiosos en el mercado.

Más allá de su polémica salida, Chiquete Orozco es uno de los mejores talentos surgidos en los últimos años en la cantera rojiblanca (Imago7)

Por otro lado, Chivas llevaba varios años sin concretar ventas significativas. De hecho, la última etapa relevante en términos de exportaciones se remonta a 2019, cuando jugadores como Alan Pulido, Rodolfo Pizarro y Orbelín Pineda, parte del exitoso ciclo bajo Matías Almeyda, dejaron el club. Desde entonces, el Rebaño había carecido de operaciones de impacto que permitieran mejorar su presupuesto y fortalecer su competitividad.

La importancia de potenciar y vender talento joven

La venta de Chiquete es un paso adelante en el intento de Chivas por consolidar un modelo sostenible. Potenciar a los canteranos, darles protagonismo en el primer equipo y venderlos en acuerdos favorables es esencial no solo para equilibrar las finanzas, sino también para acercarse en términos de presupuesto a sus principales competidores.

El paso de Fernando Hierro por Chivas fue clave para apostar por un modelo basado en la cantera (Imago7)

Además, la llegada de Romo agrega un elemento clave: el Rebaño no solo busca vender, sino también utilizar esas operaciones para reforzar el equipo de manera inmediata. Este equilibrio entre formación, venta y adquisición inteligente puede ser el camino hacia un futuro más competitivo.

Un modelo que todavía está en construcción

Aunque esta operación es una señal alentadora, Chivas aún tiene desafíos por delante. Consolidar este modelo requiere consistencia tanto en el desarrollo de jugadores como en las ventas estratégicas. Además, debe buscar maneras de maximizar el valor de sus talentos en el mercado internacional, un ámbito en el que históricamente ha tenido dificultades para competir.

El intercambio entre Chiquete Orozco y Luis Romo ha caído bien a la afición rojiblanca (Imago7)

Con esta venta, el club no solo fortalece su plantilla con un jugador como Luis Romo, sino que también envía un mensaje claro: Chivas está decidido a recuperar su posición como una de las instituciones más influyentes del fútbol mexicano, dentro y fuera del campo.